Ayer se produjo una tragedia ferroviaria en España.
Un tren que circulaba a gran velocidad, entró a una curva cerca de la ciudad de Santiago de Compostela y descarriló. El resultado fue 80 personas fallecidas y más de 160 heridos.
Según Clarín, "no solo se trató (que el motrman tomara) una curva con un máximo autorizado a 80 kilómetros por hora a más del doble. Además, falló el ultrasofisticado sistema informático que advierte a los maquinistas si van a una velocidad mayor a la autorizada y que, si no hay reacción para bajar la velocidad, corta el suministro eléctrico hasta que la máquina se detiene".
Según describe Algañaraz de Clarín, los primeros momentos posteriores al accidente, "los vecinos lanzaron mantas y hasta puertas para transportar a los heridos en varios automóviles particulares. Mientras tanto, comenzaron a llegar ambulancias, patrulleros bomberos, policías municipales y nacionales".
"Con el correr el tiempo se improvisó un hospital de campaña mientras el Hospital Clínico de Santiago y el Centro de Transfusiones de Galicia pedían voluntarios para donar sangre y se convocaba por radio y televisión a médicos, enfermeros y técnicos sanitarios que estaban de franco a concurrir de inmediato a los nosocomios de la zona".
El otro diario que cubrió la noticia con sus corresponsales fue La Nación.
El diario de los Mitre afirma que "fueron fuentes de la empresa estatal Renfe quienes dejaron trascender anoche que la formación habría tomado la curva de A Grandeira a 180 kilómetros por hora, cuando la máxima permitida en ese sector es de 80".
A la medianoche (2 horas 15 Minutos después del accidente) lo único que se había descartado era que fuera un atentado terrorista; aclaración que había hecho el Ministerio del Interior español.
La Nación describe en su nota que "pasada la medianoche seguía la búsqueda de sobrevivientes entre los hierros".
Ahora algunas preguntas para reflexionar.
Está claro que los diarios hacen una lectura diferenciada de una catástrofe ferroviaria según suceda en Argentina o en otro país. Ya mostramos los últimos accidentes que se dieron en Canadá y Francia y ahora debemos sumar a España.
Esta claro que hay un "error humano", los medios lo manifiestan y no existe de ninguna forma una persecución al conductor del tren (por más que dicen que por celular decía "descarrilé el tren").
Tampoco se acusa a la empresa RENFE que, al "dejar trascender" la velocidad del tren, esté culpabilizando al motorman.
Veremos la visión de los medios de mañana. ¿Qué dirán?.
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