Para los opositores es dificil enfrentar con ideas a un gobierno que está kilómetros por sobre sus cabezas. Aquellos que, como CLARIN y el resto de la oposición, se mueven en manada tras los titulares de los diarios, pueden tomarse unos minutos y aprender como se contesta una pregunta sin tener que estar apurada para
verse como sale en la cámara del programa de Grondona.
La Presidenta Cristina Fernández, de gira por Nueva York, en el Council of America respondió las preguntas de periodistas internacionales y aquí transcribimos una de las respuestas: IMPERDIBLE!.
PERIODISTA.- Una pregunta, en todo su discurso usted no mencionó, en ningún momento a la inflación, de esto debe desprenderse que en Argentina la inflación no es un problema, que su Gobierno no va a hacer nada. ¿Cómo en realidad considera usted el tema, dado que en las encuestas y todos los análisis hoy es tal vez, el principal problema en la Argentina y de paso también cuanto cree sea la inflación, dado que las estadísticas no son muy creíbles? .
PRESIDENTA.- Bien, vamos a hablar de la inflación desde varios abordajes; nunca creí que la inflación pudiera medirse por encuestas, realmente creo que la inflación y cualquiera otra medición de esta naturaleza exige de estadísticas.
Pero, el primer abordaje, antes de ingresar al tema específico de la Argentina, en materia de inflación y estadísticas, es un análisis general. Hace unos días leí en la Revista Spiguel, la más importante publicación alemana, que la inflación en Alemania es el 3.30, pero que los alemanes están convencidos de que la inflación es el 12.50 por ciento.
Y el año pasado, aquí en Estados Unidos, leí un interesantísimo artículo de Bloomberg, donde decían también que la estadística, que medía la inflación en los Estados Unidos daba en ese momento, no recuerdo, si 2.50 y el articulista decía que no tenía absolutamente nada que ver con los coseguros, con todo lo que había aumentado en los Estados Unidos.
Así que la primera conclusión, en materia de estadísticas y percepciones de la sociedad, es que ni en la Argentina ni en ninguna otra parte del mundo la percepción que la sociedad tiene acerca de determinadas cosas coincide con la estadística.
Segundo, principal problema de la inflación: es cierto que la Argentina tiene una larga historia, en materia de inflación, pero también no deja de ser menos cierto que todos los procesos inflacionarios que hubo en la Argentina tuvieron condiciones macroeconómicas, que posibilitaban precisamente esa inflación. Una de las principales causas era el déficit fiscal y la emisión, esto era una de las principales claves. También la diferencia de su balanza comercial, el alto grado de endeudamiento, la falta de producción, variables éstas que hoy no se dan en la República Argentina.
Las variables de la macroeconomía nos indican, en la República Argentina, que no estamos ni están dadas las condiciones para que se de un proceso inflacionario.
¿Qué sucedió en la Argentina, con respecto al tema del INDEC, que es el que mide las estadísticas de la inflación y lo que usted sugiere de las encuestas? Se desarrolló en torno a esta institución, lo que podríamos decir casi una disputa política, en torno a la veracidad o no de sus datos.
Lo cierto es que las expectativas que dan, por ejemplo, las principales consultoras y que la publica el Banco Central en el Informe coinciden, número más número menos, con las estadísticas del INDEC. Pero además, el INDEC y su equipo, que no es un equipo que puso este Gobierno, traído desde algún lado extraño. No, quien hoy es titular del INDEC y funcionaria de ese instituto hace 30 años, como así también otros integrantes de ese instituto, que además tiene, aproximadamente, unos 1.500 trabajadores, de los cuales solamente grupos que son muy menores son los que desarrollaron una tarea, yo creo de desprestigio, que tienen que ver con intereses políticos, con intereses financieros, con una mezcla de intereses que hay en todas partes y todos lados de la vida.
Lo cierto es que el modo de medir la inflación en la Argentina, que se ha cambiado ahora con la nueva metodología, que se presentó oficialmente en la República Argentina y que corresponde también a un nuevo modelo de desarrollo económico, porque el otro que había sido instalado, en 1996, por el ex ministro Cavallo, si mal no recuerdo, tenía que ver con un modelo que era de convertibilidad, una ficción absoluta, donde la unidad monetaria de la Argentina decían que tenía el mismo valor que la unidad monetaria de este país, y entonces se incluían variables en la medición que permitieran aplanar.
Por ejemplo, en el anterior índice, que ahora fue cambiado, se medían en el aspecto turístico viajes a Cancún y viajes a Miami, pero por ejemplo, no se medía turismo social, que en mi país, a partir de los sindicatos tiene un 40 por ciento de la oferta, por ejemplo, en el principal centro turístico que es Mar del Plata.
Se medía, por ejemplo, servicio doméstico, algo inusual para medir costo de vida, donde este es en realidad, fundamentalmente, aquí y en todos lados, referidos a los sectores de bajos y medianos ingresos porque los kintiles de los extremos, o sea los que son muy pobres o los que son muy ricos distorsionan normalmente todas las mediciones.
Además, se fijaron también nuevos criterios de estacionalidad. ¿Qué significan? Lo que hacen aquí, en Estados Unidos. Acá cuando a ustedes le miden no miden, por ejemplo... les voy a contar una anécdota que pasó durante las elecciones, a raíz de un episodio del tomate. Bueno, el episodio del tomate es altamente representativo, desde algunos medios y desde algunos sectores los problemas de la República Argentina. El tomate, en septiembre, en la Argentina es caro porque no hay tomate, entonces se medía estacionalmente y se establecía el valor de un producto que no era de la estación, que no se hace - no se si usted entiende de estadísticas - pero en ninguna parte del mundo, cuando se miden índices en las canastas familiares se aplican criterios que no sean de desestacionalización. ¿Qué significa? Que cuando usted no tiene ese producto en la estación, lo sustituye por otro producto.
Por ejemplo, también, estoy diciéndole también todo como lo hace Estados Unidos en la suerte de medición. Otra cosa, cuando surge algún producto que tiene nueva gama, por ejemplo, una computadora a la que se le incorpora nuevas cosas y que sale más cara porque tiene mayor incorporación de valores y servicios, acá no se la mide como un incremento del anterior, porque se la considera un nuevo producto. Todas estas cuestiones fueron contempladas en el nuevo índice, que fue explicado y que, inclusive, ha tenido fuerte intercambio con organismos multilaterales, en cuanto a la metodología.
Yo desafío a cualquiera en la Argentina que se entreviste con el equipo del INDEC, de las señoras Amelia Erwin y Beatriz Pagliari y otros miembros del mismo equipo, para discutir no con encuestas, sino con datos absolutamente científicos.
Una de las cosas, que se dice también es que en las provincias miden distinto. Hoy, las provincias tienen una canasta que no todas están utilizando la misma canasta del IPC, que es el IPC de Buenos Aires. Pero, por ejemplo, de aquí diviso al Gobernador de la provincia del Chaco, donde él, en un instituto, en el cual no ha sido cambiado nadie absolutamente, desde que él es gestión, hoy está midiendo deflación en la provincia del Chaco.
Pero además se presenta, hoy, el hecho de que en algunos provincias se mide distinto. En el año 2001 y 2002 también en muchas provincias se medía distinto y daban resultados distintos, al que daba el IPC del Gran Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires. Mire recuerdo, no sé si 2001, 2002, pero hasta en una misma provincia, como Tierra del Fuego, tenía un resultado la medición de Ushuaia, que es la ciudad capital y Río Grande, que está al norte- usted, no sé si conoce, pero es una provincia insular de mi país: la República Argentina - y daba no solamente ya en dos provincias, sino en la misma provincia dos índices diferentes, en el año 2001 y 2002.
Creo sinceramente que hubo y hay, en la República Argentina, un manejo poco serio, casi diría que irresponsable de decir que la inflación es tal o cual cifra sin acreditar científicamente, absolutamente nada en una cuestión tan seria, como es la estadística. El equipo de estadísticas, la medición que hacen hoy pueden ser exhibida, como de hecho se hizo, cuando el año pasado, conjuntamente acompañados con equipos de medición, de Estados Unidos, de España y creo que Francia, se hizo un seminario muy importante explicando la nueva metodología.
Pero invitamos a cualquiera de los señores empresarios, que tengan su equipo económico de asesores que lo envíen, por favor, al INDEC para que les expliquen exactamente los científicos cómo lo está haciendo, allí en el INDEC, pero sin temores y sin fantasmas y sin tabúes porque son índices absolutamente verificables y que podemos poner a consideración de cualquiera de ustedes, como de hecho se han puesto a disposición de quienes así lo han requerido y en charlas también informales.
¿Qué sucede, que también es cierto y debo decirlo? Me tocó leer notas periodísticas donde se decía: "bueno, si nos reconocieran un 1 por ciento, por mes, estaría todo bien", en importantes diarios. Usted tampoco debe ignorar, seguramente, que una parte importante de la deuda argentina se mide con índice CER. Usted va a decir: "ah, entonces hacen eso para pagar menos", no porque la otra parte se mide por cupón de crecimiento, con lo cual en realidad si la intención de la Argentina fuera esa lo que estaría ganando por no reconocer una presunta inflación, lo estaría perdiendo por el crecimiento. Con lo cual, está claro que no es así. Pero tampoco he hablado de la mortalidad infantil, de la necesidad de un sistema de salud pública, pero si hago la lista de todas las cosas de las cuales no he hablado de la Argentina, posiblemente me tengan que invitar a tomar el te, también, y porqué no, la cena. Así que en realidad, la no mención del tema no fue porque no lo consideramos un problema, hoy, en la República Argentina. Pero, además, supongamos que lo fuera sería una cuestión que no debería achacársele al Estado, deberíamos empezar a conversarla con los empresarios, formadores de precios, porque si la inflación ha sido históricamente, en la Argentina, producto de la existencia de variables macroeconómicas por mala administración del Estado, y hoy esas variables macroeconómicas es también porque el Estado es responsable, si los precios aumentan, ya no estaríamos ante una distorsión provocada por Estado en la evolución de los precios, estaríamos en una distorsión provocada por el mercado; sea por concentración monopólica, que te fija precios o por apropiación de rentabilidad, vía aumento de precios.
Esta es la otra gran discusión, que también tenemos que dar. Hay inflación, pero entonces, ¿cuál es la causa de la inflación? Distorsión del Estado por sus variables macroeconómicas o distorsión del mercado por concentración de los formadores de precios. Es una cosas que estamos también dispuestos a discutirlo. Nosotros estamos dispuestos a discutir todo, porque estamos absolutamente convencidos de lo que estamos haciendo.
Así que la no mención no fue ex profeso, pero le reitero tampoco mencioné el problema de las universidades, todas las cosas que uno tiene que abordar en el día a día de gestión. Un Estado, es una cosa que aprendí, hace muchos años, muchísimos años, tal vez no en el Estado Nacional, sino en una lejana provincia, en el sur, en nuestra primera política institucional, cuando ese hombre, que está sentado ahí fue electo Intendente de su ciudad natal - yo siempre he participado activamente, junto a él, en toda su gestión - y allí aprendimos, frente a aquellos que dicen tener planes para tal cosa o lo otro, que la gestión es como en las empresas. Usted tiene un plan, obviamente, que es el de ganar dinero y crecer cada vez más, es el plan de todo empresario, cualquiera sea la actividad que tenga.
Pero esa rentabilidad y esa empresa se construye día a día en la gestión cotidiana y fundamentalmente, en el caso del Estado aún con mayores dificultades, porque no puede manejarse con criterios empresarios y decir: "esto no me sirve y lo tiro, esto no lo tengo en cuenta por tal cosa". No, cuando una maneja y tiene responsabilidades institucionales gubernamentales en una provincia, en un municipio, en el Estado Nacional, las variables no solamente son económicas, sino también son sociales y humanas. Entonces, articular es mucho más difícil, pero es la obligación y la responsabilidad, que tenemos.
No creemos tampoco en aquel Estado empresario, que tuvo orígenes también en mi partido, producto de que en aquel momento no había una burguesía o un empresariado nacional, que cumpliera el rol y lo generó el Estado. No creemos en esa fantasía que nos contaron, desde el Consenso de Washington, que el Estado había desaparecido, que el mercado todo lo asignaba y que el mercado todo lo resolvía. Por esa convicción terminamos en el 2001 y por esa convicción ustedes están con este problema hoy: por creer que no hay que intervenir, que no hay que regular y no hay que controlar. Que no quiere decir obturar e impedir, que es otra cosa totalmente diferente, pero en síntesis creo que todos y todas, hay también que acostumbrarse a esa palabra, les cuesta a los hombres lo de todas, Susan, vos también lo debes saber, y a algunas mujeres les cuesta lo de todas, pero es importante tener esta actitud y esta apertura para abordar los problemas con mucha responsabilidad, con mucha institucionalidad y en aquellos que requieren de datos científicos, también con datos científicos y serios, que avalen lo que uno dice, porque si no estamos en esta historia del siempre dicen, o las encuestas, o tal vez o me parece. Es necesario no solamente gobernar con precisión, sino también opinar con fundamentos.