Siguen si llegar las pruebas sobre las "coimas" pagadas en las ventas de maquinaria agrícola a Venezuela. La etapa defensiva terminó y ahora hay que pasar a la ofensiva y contar quienes son los protagonístas.
Las declaraciones del ex-embajador Eduardo Sadous son es la única "prueba" que tienen Clarín y La Nación para intentar instalar una mentira como ya hemos demostrado.
Siempre fueron las empresas las que pagan coimas. El embajador es quien debió hacer los contactos para esas empresas; por eso Sadous es el cómplice de la corrupción que denuncia; porque sino ¿dónde están las coimas?.
Otro factor que hay que tener en cuenta es lo que sostiene el escritor Modesto Guerrero cuando afirma que "la oposición venezolana es muy torpe, bruta y de bajo nivel cultural y por eso no elabora ideas. Entonces desde Argentina le dan línea a la oposición venezolana. En ese sentido, Sadous es una pieza conectora. Otro es Joaquín Morales Solá, Mariano Grondona...".
Otro que cae en una contradicción dilemática es el agrogarca Eduardo Buzzi. Dice conocer las declaraciones de empresarios de la Federación Agraria que "sostenían que había que poner el 15% para los funcionarios", pero muchos de esos mismos empresarios hoy están produciendo y fabricando para abastecer las demandas de maquinarias venezolanas. Es decir, si existiera la corrupción, Buzzi es un encubridor; si no existe es un difamador.
La corporación agromediática (Buzzi-Juez-Prensa "independiente") necesita encontrar "un coimero". No necesitan pruebas, ni encontrar la verdad, solo necesitan a alguien que diga "yo cobré".
La Nación de hoy es más pobre que Clarín, con eso lo digo todo. Repiten datos irrelevantes, dicen lo mismo que ya sabemos y no aporta nada nuevo.
Están desesperados y están fogonenado para dinamitar las relaciones bilaterales con la República Bolivariana de Venezuela, pero - a este ritmo - les va a ser imposible.