domingo, 28 de julio de 2013

Lo que allá es bueno, acá es malo (aunque aquí nunca pasó)

Hoy el diario Clarín vuelve a hacer referencia a la situación del motorman del ALVIA que descarrió en España. Como ya demostramos en el post anterior, el "doble estándar" se sigue haciendo evidente al comparar como los mismos medios trataron el accidente ferroviario de Castelar (13 de Junio) y el de España y el tratamiento que se le dan a los mismos actores dependiendo en que país ocurrió el accidente.
Dice Clarín en la nota titulada (sin eufemismos) "En España, acusan al maquinista de homicidio" que "El ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz, acusó al maquinista del tren Alvia que descarriló en Santiago de Compostela, de ser el responsable “por indicios racionales” de homicidios por imprudencia. A pesar de esta incriminación, solo el magistrado instructor podrá realizar imputaciones formales después de escuchar a Francisco José Garzón Amo, de 52 años, cuando declare en su juzgado".
Los funcionarios políticos responsables del área refuerzan dos ideaas. La primera es responsabilizar al maquinista aunque "Los investigadores policiales (indiquen) que no descartan ninguna hipótesis sobre las causas del estrago".
En segundo lugar se abona la teoría conspirativa contra el capital y estado español (las empresas son estatales) el presidente de la Xunta de Galicia "se unió a los criterios de Renfe y el gobierno en el sentido de que “España tiene uno de los mejores sistemas de seguridad del mundo” y advirtió que “existen intereses económicos de otros países en desprestigiar el sistema de cara a futuros concursos públicos”.
Sobre la investigación, recuerda Clarín, que el juez todavía no ha ordenado la apertura de las dos “cajas negras”  que contienen datos esenciales para precisar cómo se produjo el accidente.

Para analizar: allá en España el Ministro del Interior y otras autoridades políticas ya CULPAN al maquinista que TODAVIA NO DECLARÓ ANTE LA JUSTICIA.
El mismo estado da a entender una teoría CONSPIRATIVA contra las empresas y capitales españoles y cuando el diario Clarín lo hace público en ningún momento surge la más mínima crítica.
La Nación, en tanto, hizo una nota totalmente alejada de los problemas políticos-judiciales del accidente ferroviario más trágico en la historia española.

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