Estamos a menos de cuatro semanas de las elecciones presidenciales. Como nunca, en estos últimos años, la población está totalmente tranquila ante la posibilidad de expresarse en las urnas.
Por primera vez en mucho tiempo el recambio presidencial se hará sin traumas, renuncias anticipadas o salidas traumáticas aceleradas por crisis económicas o muertos en las calles.
Nadie pone en duda que el 28 de Octubre la ciudadanía concurrirá masivamente a votar por quién cree que la representa mejor, y quedará en evidencia cual es el camino que la sociedad argentina desea transitar.
Los números que dominan la discusión política estos días son los de las encuestas, que gracias a los continuos desaciertos pasados, están desprestigiadas. Dependiendo a quién se le pregunte, estos números serán verdades casi "irrefutables" o "números inventados, falsos o pagados por el gobierno".
Igualmente, Cristina Fernández aparece redondeando el 40% en todos los sondeos importantes del país y la secundan Carrió y Lavagna.
Es llamativo que los candidatos de la "Coalición Cívica" (CC) y "Una Nación Avanzada" (UNA), apenas llegarían al 25% de los votos sumados entre sí. En el bunker de Carrió son concientes que la única posibilidad de dar un "batacazo" sería que la totalidad de los indecisos se volcaran hacia una opción opositora. Mientras que en el "cuartel" de Lavagna, confían en el voto sentimiento. Pero los seguidores de los números de ambos candidatos saben que el electorado "indeciso" (un 25%) suele volcarse a último momento votando "ganador".
Otro número que domina la charla de los argentinos es la sensación de que "todo aumenta" en el supermercado. Esa percepción real de la sociedad es fogoneada directamente por los medios de comunicación y grupos de interés privados que necesitan la instauración de un clima de caos social para poder obtener ganancias en sus negociados.
Lo que casi nadie se pregunta es ¿Cómo miden la inflación los organismos privados?, ¿cómo pueden seguir los miles de variables que involucra el índice de precios?, ¿qué interés persiguen?. "A grandes preguntas, grandes respuestas".
Los organismos privados sólo miden los precios de "productos estacionales" (frutas, verduras e indumentaria) que tienen variaciones por la escasez propia de los fenómenos climáticos y la demanda derivada del consumo. Las encuestadoras siguen estas variables porque "son más fácil y baratas para medir".
Obviamente, no puede afirmarse que estos pocos valores son representativos de la totalidad de la economía argentina que también incluye rubros como combustibles, energía, servicios mayoristas, fletes, peajes, etc. De esta forma, los encuestadores se olvidan de incluir en la medición los precios de estos productos que tienen un alto impacto en toda la economía
Obviamente, hay un afán por generar un clima de "descontento". Este descontento favorecerá a los intereses de las empresas privatizadas de servicios que buscan aumentar las tarifas (gas, electricidad, teléfonos) y de personas o grupos que buscan lograr poder a través del "fracaso argentino".
Desde esta columna no hacer una defensa de las encuestas ni de los índices. Lo que pretendo es dejar algunos interrogantes para que los ciudadanos y consumidores se planteen al momento de discutir sobre estos temas.
Por primera vez en mucho tiempo el recambio presidencial se hará sin traumas, renuncias anticipadas o salidas traumáticas aceleradas por crisis económicas o muertos en las calles.
Nadie pone en duda que el 28 de Octubre la ciudadanía concurrirá masivamente a votar por quién cree que la representa mejor, y quedará en evidencia cual es el camino que la sociedad argentina desea transitar.
Los números que dominan la discusión política estos días son los de las encuestas, que gracias a los continuos desaciertos pasados, están desprestigiadas. Dependiendo a quién se le pregunte, estos números serán verdades casi "irrefutables" o "números inventados, falsos o pagados por el gobierno".
Igualmente, Cristina Fernández aparece redondeando el 40% en todos los sondeos importantes del país y la secundan Carrió y Lavagna.
Es llamativo que los candidatos de la "Coalición Cívica" (CC) y "Una Nación Avanzada" (UNA), apenas llegarían al 25% de los votos sumados entre sí. En el bunker de Carrió son concientes que la única posibilidad de dar un "batacazo" sería que la totalidad de los indecisos se volcaran hacia una opción opositora. Mientras que en el "cuartel" de Lavagna, confían en el voto sentimiento. Pero los seguidores de los números de ambos candidatos saben que el electorado "indeciso" (un 25%) suele volcarse a último momento votando "ganador".
Otro número que domina la charla de los argentinos es la sensación de que "todo aumenta" en el supermercado. Esa percepción real de la sociedad es fogoneada directamente por los medios de comunicación y grupos de interés privados que necesitan la instauración de un clima de caos social para poder obtener ganancias en sus negociados.
Lo que casi nadie se pregunta es ¿Cómo miden la inflación los organismos privados?, ¿cómo pueden seguir los miles de variables que involucra el índice de precios?, ¿qué interés persiguen?. "A grandes preguntas, grandes respuestas".
Los organismos privados sólo miden los precios de "productos estacionales" (frutas, verduras e indumentaria) que tienen variaciones por la escasez propia de los fenómenos climáticos y la demanda derivada del consumo. Las encuestadoras siguen estas variables porque "son más fácil y baratas para medir".
Obviamente, no puede afirmarse que estos pocos valores son representativos de la totalidad de la economía argentina que también incluye rubros como combustibles, energía, servicios mayoristas, fletes, peajes, etc. De esta forma, los encuestadores se olvidan de incluir en la medición los precios de estos productos que tienen un alto impacto en toda la economía
Obviamente, hay un afán por generar un clima de "descontento". Este descontento favorecerá a los intereses de las empresas privatizadas de servicios que buscan aumentar las tarifas (gas, electricidad, teléfonos) y de personas o grupos que buscan lograr poder a través del "fracaso argentino".
Desde esta columna no hacer una defensa de las encuestas ni de los índices. Lo que pretendo es dejar algunos interrogantes para que los ciudadanos y consumidores se planteen al momento de discutir sobre estos temas.
Autor Lic. Mauro Burraco. Publicado en "El Pasquín Amarillo" de Cacharí.
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