Se viene, se viene...

A veces es muy gracioso cuando la gente se acerca y te dice que te pareces a tu papá o a tu mamá. Claro que la mayoría de la gente tiene algún parecido que hereda por sus genes y que se expresan en características físicas determinadas.

Otros no se parecen en nada a sus padres, porque heredan muchas cosas de sus abuelos y algunos otros no son hijos biológicos de sus padres y por lo tanto es muy dificil que se asemejen en algo físico. No hay mucha vuelta con eso.

La mayoría de los padres tratan de buscar el parecido de sus hijos con alguna característica propia, para tratar de asegurarse la sanguineidad de la progenie. Muchos dudarán toda la vida si el nene (o la nena) son hijos propios o del "sodero". Por eso las madres la tienen más segura, porque, por lo menos, saben quién puede ser el padre de la criatura.

Hasta ha pasado que de padres blancos, salga algún negrito porque se les traspapeló algún gameto y se la tienen que bancar.

Bueno, toda esta cháchara viene a cuento porque la ley de extracción compulsiva de muestras de ADN en caso de sustracción de identidad acaba de dar un nuevo paso en el congreso.

Esto es fundamental para poder devolverle la identidad a los hijos apropiados por los genocidas y sus cómplices civiles.

Parece que una señora, muy aseñorada está un poco preocupada porque sus hijitos podrían ser de un origen un poco más que turbio.

Todo sea por la verdad Ernestina, ya que no hay nada más Noble que conocer la verdad.

Ahora, lo único que nos queda ver es que dirá mañana el diario ultra-opositor.