martes, 15 de marzo de 2011

Libia: cerca del final


Parece que Muhamar Kadafi no era tan odiado por su pueblo como los medios occidentales y la cadena Al-jazeera nos quisieron hacer creer. También parece que las tropas del ejercito popular de Libia no estaban tan dubitativas sobre su cadena de mando.
De hecho la hamayriya o "gobierno de masas" ha combatido con eficiencia y "puño de hierro" la rebelión de quienes, apoyados por fuerzas externas, intentaron tomar el poder por la fuerza.
Desde la prensa se impulsó la caida del lider Libio, que desde el antiguo palacio presidencial de Tripoli no dudó en leer el libro verde (algo así como la "constitución" de la Libia Arabe y socialista) en la que condenaba a muerte a quienes se levantaran contra el regimen y llamaba a los consejos populares de masas a reformular toda la organización del gobierno.
"Esto no es Egipto o Tunez" dijo Kadafi, y parece que tenía razón.
Nadie pareció entender que Libia es un país donde el esquema tribal y de clanes (al igual que Somalía) es la base de organización de la sociedad. Por lo tanto, un gobierno no es algo facil de construir sino que se hace con relaciones interpersonales de poder y pertenencia.
Es decir que los rebeldes, siguiendo los levantamientos en Tunez y Egipto, pensaron que la corrupción de un sistema autoritario previo sería eliminada por una movilización armada y una guerra civil, sin contar con el apoyo de los clanes más importantes y poderosos.
Mientras la UE y la OTAN esperan para poner una zona de exclusión aerea sobre un estado soberano, el ejercito leal Libio se apronta a atacar el último reducto rebelde.
En otro país de la región, Bahrein las tropas del reino de Arabia Saudita ingresaron al país para defender la monarquía del pequeño archipiélago. Nadie en la comunidad internacional se mostró alterado por eso. Otra muestra del "doble estanda" internacional".

1 comentario:

Ikal Samoa dijo...

De los mejores artículos que he leído sobre Libia. Dando cuante de la forma de organización social que los medios esconden a diario.
Un saludo,
Ikal