sábado, 7 de junio de 2008

Día del periodista, Berni al espiedo

Hoy se celebra el Día del periodista conmemorando la publicación de la "Gazeta de Buenos Ayres" de Mariano Moreno, allá por 1810.
Sabemos que la historia se da como tragedia y se repite como farza, y desde que el dictador chileno Pinochet se murió el Día de los Derechos Humanos no había una ironía tan grande del destino. La casualidad quiso que hoy mientras terminaba de almorzar en su mansión de Martinez, se infartara una de las lacras periodísticas más importantes que quedaban en el país.
Defensor de las dictaduras militares y férreo impulsor del neoliberalismo en la década de los '90, fue el responsable de hacer mediáticamente aceptable para "doña Rosa" el desguace del Estado.
Para todos aquellos que no lo conocieron en su esplendor, aquí transcribimos un reportaje "incisivo" que le hizo a Galtieri para la Revista "Extra" en 1980.
Si los lectores son un poco más insidiosos que el propio "Berni", notaran como el "futuro dictador" (me refiero a Leopoldo Galtieri) hace tanto incapié en la República y los valores democráticos, que hoy otros pensadores del golpismo vuelven a traerlos como nostalgia del pasado.




“SOMOS PIE Y TENEMOS EL AS DE ESPADAS”



“Se llama Leopoldo Fortunato Galtieri, es argentino, es Teniente General de la Nación, es comandante en Jefe del Ejército, tiene 38 años de transitar la vida militar”. Así cerró Bernardo Neustadt un capítulo fundamental de Tiempo Nuevo. La presencia del protagonista de la noche del 7 de abril resultaba de por sí apasionante. Pero, además, Galtieri se proyectó a través de la pantalla con una fuerza, con una personalidad y nitidez que asombraron a la platea. Hubo definiciones claras sobre el presente y el futuro del país. Conceptos para recordar y una visualización de un “gran país”, una “gran República” para el término de la década.


Bernardo Neustadt: Usted dijo "las urnas están guardadas y bien guardadas”. La frase cayó muy bien en algunos sectores argentinos y a otros diría que les pinchó el globo de la ilusión. ¿Las urnas están muertas?.
Leopoldo Fortunato Galtieri: Creí ser claro. Estas palabras las expresé nada menos que en el Colegio Militar de la Nación, delante de cien coroneles, jefes y oficiales. El Ejército Argentino ha demostrado a través de su historia sentir a la República con mayúsculas, con una vocación de grandeza que marca rumbos. En cuatro años de Proceso nos ubicamos en un reordenamiento económico, en un proceso de lucha contra la subversión, de reimplantar el principio de autoridad que se había perdido, de tratar de recomponer los conceptos morales. Pero ahí no se agota el Proceso. El Proceso nunca tuvo por finalidad exclusivamente esto. El Proceso es un medio para transitar hacia un nuevo sistema de ideas que implemente una República que vaya hacia un proceso democrático continuo durante cien años.

Neustadt: Me imagino que usted como militar y yo como civil estamos cansados de gobiernos políticos, gobiernos militares, otra vez a los cuarteles, otra vez a la política... ¿Va a haber un porvenir estable? ¿Ese es el sistema de ideas?

Galtieri: No tengo ninguna duda. Todos debemos asumir la lección de la historia. Fueron cincuenta años de vaivenes políticos, civiles y militares. Tanto políticos como militares los ubico con la buena intención de argentinos; pero no dimos las bases en este último medio siglo para transitar una República cien años más. Dije “están bien guardadas”, pero no por creer que no deben ser usadas. Las urnas no son un fin, sino un medio para implementar el sistema. Debemos ponernos de acuerdo para transitar el futuro con estabilidad. Si pensamos que el fin son las urnas, vamos al abismo como sucedió hace unos pocos años. Antes de sacar las urnas debemos fijar las pautas, a partir de las cuales se implementará el nuevo sistema para evitar que mis camaradas jóvenes tengan en el futuro que retomar las riendas para no caer en el abismo. Las Fuerzas Armadas tuvieron que tomar el poder político de la Nación no como un fin sino como un medio de instrumentar el sistema de ideas que implemente una República que se desenvuelva democráticamente por cien años más. Las Fuerzas Armadas y la Nación no quieren el salto en el vacío. Practicamos el salto mortal y así nos fue. Cada paso del Proceso tiene que tener la firmeza suficiente para asegurarnos de dar nuevamente un salto mortal sin red abajo.
Neustadt: Cuando usted dijo “las urnas están guardadas”, hay gente que recibió la frase como un baldazo de agua fría.
Galtieri: Si hay alguno que ha pensado que el año que viene vamos a sacar las urnas y distribuirlas a lo largo y ancho del país para volver a la salida que alguna vez tuvimos, están totalmente equivocados.
Neustadt: Por el cronograma que ustedes marcaron, el próximo presidente será elegido por la Junta.
Galtieri: Está fijado que el próximo presidente de la Nación va a ser un militar designado por la Junta. De ahí en más seguiremos avanzando en dirección a la República y a la democracia estable. Creo que sería funesto acelerar un tránsito a las urnas, so peligro de que volvamos a las andadas y a los revolcones en el orden nacional. Como argentino, como comandante en jefe del Ejército, como padre, como ciudadano, prefiero dejarle a mis nietos estabilidad democrática donde todos, en diversidad y pluralidad, avancemos en la misma dirección en función de conjunto y de persona.
Neustadt: Le nombro la palabra "política". ¿Le tiene usted alergia? ¿Le parece que es un desprestigio?
Galtieri: Creo que es vital para la Nación. A mis cuadros les digo que para que haya grandeza nacional tiene que haber vocación política en los habitantes del país. Si yo me lanzara a una batalla con mi ejército sin vocación de lucha, no podría pretender la victoria. Yo deseo grandeza nacional para la Argentina y para ello hay que tener vocación política. Creo que hasta hace muy poco no eran muchos los que se preocupaban y dedicaban al bien común.
Neustadt: Los que no se metían...
Galtieri: Sí, la expresión “no te metas”. Si esto sigue teniendo vigencia, la democracia argentina no tiene solución. Pero yo creo en el pueblo argentino. Creo en el despertar nacional después de haber transitado y cruzado un gran río de sangre, que no volveremos a pasar. Y esto creo que está claro. Los argentinos hemos asumido, individual y colectivamente, el sentido de la responsabilidad.
Neustadt: Tuvieron que pelear, pero junto a ustedes estuvo una opinión pública que no vaciló en decir: estamos con ustedes. ¿Sintieron que la ciudadanía los acompañaba?
Galtieri: Si el pueblo argentino no nos hubiese acompañado, tenga la certeza de que esta victoria militar no se hubiera obtenido.
Neustadt: Yo me asusto cuando encuentro personas que me dicen “no tengo ninguna ambición”. Cuando usted siente las palabras “ambición política”, ¿qué piensa?
Galtieri: La ambición es razonable. Una ambición en los términos justos de la valoración personal y colectiva es productiva y necesaria. Si yo no tengo ambición de progresar en la vida, es como ser un gusano al lado de un árbol. El hombre debe tener ambiciones respetables dentro de las normas de convivencia; ambiciones políticas para proyectarse en el bien común de la Nación que está representando.
Neustadt: Hay algo que usted dice permanentemente: “No vamos a hacer un país, sino un gran país”. Teniente general Galtieri, ¿vivirá esta sociedad con ganas de que sea así? ¿Somos una sociedad para ser “un gran país” o para ser “un país”? Yo tengo dudas...
Galtieri: No tengo dudas. Mi deseo es que no tenga dudas ninguno de los 26 millones de habitantes de este país. Un país con capacidad para 200 millones. Veamos lo que está ocurriendo a nuestro alrededor: en Latinoamérica, en Europa, en Asia, en Africa. Me gustaría que cada argentino hiciera una composición de lugar y comparara. Por supuesto que acá no hay ninguna varita mágica. Hay un país al cual el Señor le ha dado un montón de cosas y 26 millones de habitantes, argentinos y extranjeros, que como dice nuestro preámbulo quieran habitar nuestro suelo y trabajar laboriosamente, en libertad. En el extranjero hay quienes llaman a este gobierno militar “dictadura”. Yo le aseguro que en muchos países democráticos no existe la convivencia, la libertad de expresión, la libertad de movimiento, la libertad de trabajo y de decir que existe hoy en la República Argentina. Lo invito a tomar los diarios del domingo, lunes y martes, y verá que lo que se dice no son aplausos.
Neustadt: Sí, los he leído.
Galtieri: Esta es la convivencia argentina, la oxigenación, el tránsito hacia la República que queremos todos los argentinos.
Neustadt: Le confieso que a veces soy escéptico; pero lo escucho y salgo excitado. Sucede que tenemos todo, pero también somos argentinos, y a veces hemos sido 26 millones de contrarios; ahora tengo la sensación de que hemos cambiado de rumbo.
Galtieri: Creo que vamos en un muy buen camino, que hay divergencias de opiniones, pero el camino de avanzada está definido y no vamos a claudicar. Los argentinos ya somos adultos. Hace tres años éramos desconocidos en el mundo; hoy usted puede ver que han descubierto a la Argentina. Somos pie y tenemos el as de espadas.
Neustadt: Usted quiere que los argentinos nos sintamos protagonistas, pero a veces nos colocan como espectadores...
Galtieri: Cuando asumí se dijo que nosotros debíamos construir un gran país y ver los resultados en la década del 80. Y que al término de ésta década debíamos mostrar al mundo una gran República. Eso lo pienso vivir yo.
Neustadt: Estoy de acuerdo. Lo que pasa es que al decir nosotros, da la sensación de ustedes, no de ustedes y nosotros.
Galtieri: “Nosotros” somos los argentinos, los 26 millones de argentinos. ¿O no es realidad la implantación del principio de autoridad? ¿La recomposición económica del país? ¿La nueva presencia internacional argentina? ¿El diálogo, la libertad y la paz? ¿Quiénes consiguieron todo esto? ¿Nosotros? ¿Yo, comandante? No. Lo consiguieron los 26 millones de argentinos. Esto es un éxito de la Nación toda, no sólo de las Fuerzas Armadas. Creo que en los próximos diez años construiremos esa gran República. Aspiro a verla.
Neustadt: Usted está hablando en un tono razonablemente emocional. Es un razonador emocional. Tiene fuerza porque está convencido. Ahora levanto la vista, veo la imagen del Libertador y me acuerdo de aquella frase: “Serás lo que debas ser o sino no serás nada”.

Galtieri: Durante diez años San Martín, con un núcleo de argentinos, realizó la gran epopeya. Con Bolivar dio la libertad a América y en aquella época no había boeing, publicidad, televisión, autos, caminos pavimentados. Yo le pregunto a los argentinos de hoy, de 1980, cómo no vamos a poder transitar el camino de la Argentina en democracia y en progreso y expandir, además, el espíritu de la libertad como lo hizo San Martín en aquella época.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que casualidad, los procesos militares invocaban a la República como lo hace hoy Elisa Carrió y compañía.
Para dar los golpes de estado, una de la principales acusaciones a los gobiernos era sindicarlos de corruptos .
Y finalmente se adueñaban de la ética, como lo invocan hoy tantos políticos mediáticos.
En nombre de la patria y usurpando para sí sus símbolos, hicieron correr ríos de sangre.
No nos merece una reflexión tantas casualidades, a las que apoyo el Berdardo.

ABC

Anónimo dijo...

Que bien! Que buena idea! uno de los mejores reportajes para recordar el salvajismo de los años de plomo que tantos añoran en estos días,en la fecha de los periodistas.

Meseta Infinita dijo...

Buen ejercicio de memoria, aunque cueste leerlo, en el día del periodista que recuerda al la primera edición de La Gaceta de Buenos Aires. Una lección de lo que no se debe hacer.
Un saludo a quienes trabajan para mantener este canal de discusión abierto.