domingo, 8 de julio de 2007

Independencia y recuerdos de aquel 2001

A pesar que sólo pasaron seis años, el panorama del país en el que vivimos hoy es muy diferente al de Diciembre del 2001.
Ese año el país sufrió un colapso político, producto de una crisis terminal de la economía que provocó un desequilibrio social sin precedentes. Este proceso que luego fue llamado "el Argentinazo” puso en relieve internacional que el modelo neoliberal tenía falencias insalvables y borró de los libros de economía el famoso “Milagro Argentino” como ejemplo de desarrollo para los países emergentes.
Argentina fue abandonada a su suerte para que sufriera el escarmiento ejemplificador por atreverse a suspender el pago de la deuda externa en Diciembre del 2001.
Este fin estructural de un modelo económico nos puso a los jóvenes frente a una nueva realidad, en la que esa renovada "década infame" nos había encontrado desunidos y dominados - al menos en apariencia - por la apatía y la abulia política.

Los primeros días del año 2002, tomamos real conciencia de quienes eran los verdaderos amigos de la Argentina, que como en la vida, son aquellos que en las malas tienden la mano generosa sin pensar en los intereses.
No eran los europeos a los que habíamos ayudado generosamente a fines del siglo XIX o en la posguerra de los '50. Tampoco eran los yankees, que nos habían venido a endulzar los oídos diciéndonos que éramos “una isla en Sudamérica”.

Cómo aquel 17 de Octubre, sus caras eran morenas, de pelos renegridos y ojos rasgados. Hoy vemos llegar la ayuda desinteresada de nuestros hermanos!: Brasil, Bolivia, Perú, Venezuela, Paraguay, Cuba, México… No estábamos solos!. Esos países a los que nuestra tierra había ayudado y cobijado eran los que ahora tendían la mano sin pensar en intereses o usura.
Frente a un mundo hostil y convulsionado por la guerra mundial de Bush contra el “terrorismo”, los argentinos tomamos conciencia de cual era nuestra situación: una nueva realidad en la - como reza Martín Fierro - los hermanos deben estar unidos para que no se los devoren los de afuera.
Recordar sólo algunas de las dificultades que los argentinos teníamos que enfrentar en aquellas jornadas nos servirá para tomar real dimensión de la recuperación actual.
En aquel entonces, la deuda externa era un freno para el crecimiento. Desde los 144.000 Millones de Dólares (MD) trepó a 191.000 MD por la salida descontrolada de la convertibilidad. La Argentina renegoció con los acreedores y logró una quita récord de 75%. En diciembre de 2005 se saldó completamente la deuda de 9.810 MD con el FMI, liberando a la Argentina de las exigencias del organismo dirigido por Estados Unidos y logrando la autonomía económica después de 50 años.
Después del pago, las reservas eran sólo de 17.082 MD, pero gracias a las políticas expansivas del Estado nacional, hoy ya superaron los 40.000 MD, mientras se triplica la inversión en infraestructura, viviendas, caminos, etc. Al mismo tiempo se reducen los índices de pobreza, la indigencia, el desempleo cae a menos de un dígito y los salarios aumentan por sobre la inflación.
La producción industrial crece por sobre los valores históricos, las exportaciones se duplican año a año y se venden más autos, máquinas y electrodomésticos como señal de la recuperación del consumo de la masa popular.

En 5 años el país ha crecido un 45% en su PBI. La economía se ha recuperado y en la actualidad enfrenta los problemas del recalentamiento económico por el crecimiento. Como la Europa de posguerra, nuestra economía se encuentra ante el nuevo desafío de lograr el abastecimiento energético sin disminuir el consumo. Las nuevas realidades eran impensadas hace solo cuatro años, y en la actualidad el país se encuentra en condiciones de continuar el crecimiento sólo si cuenta con las inversiones adecuadas para satisfacer la incesante demanda.
El miedo que se quiere infundir sobre la crisis energética es irreal, ya que Brasil y Paraguay (Electricidad), Venezuela (gas y petróleo) y Bolivia (gas) son los cuatro hermanos que colaboran para que puedan superarse las dificultades de abastecimiento energético. El gobierno nacional debe procurar que las empresas que tienen la responsabilidad de hacer las inversiones las hagan en tiempo y forma. En caso que esas empresas no revean su actitud de no invertir, deberán tomarse las medidas necesarias para recuperar la iniciativa estatal en el área de las energías estratégicas y orientadoras de nuestro desarrollo económico.

El 9 de Julio de 1816 la Argentina se "envistió del alto honor de ser una Nación Libre y sobrerana..." enfrentando al Imperio más fuerte del mundo. Aquellos hombres y mujeres no se pusieron a pensar si encontrarían aliados en Portugal, Francia o Inglaterra (de hecho habían firmado la paz de Utrecht en 1713), sino que tenían el sueño de ser libres y lo realizaron. Juntos con sus hermanos sudamericanos, vestidos con sus ponchos y armados con lo que tenían.

Podría continuar, pero no es mi intención que esta columna se transforme en un cúmulo de datos sin sentido. Pero cada uno de los lectores (y aquellos que leen disimuladamente) podrán sacar sus conclusiones. Hacer un ejercicio de la memoria no viene nada mal. No es necesario remontarse mucho en el recuerdo, sino unos pocos años atrás, para darnos cuenta que estamos saliendo todos unidos del infierno en el que nos hicieron caer.

Los Jóvenes Cacharienses sabemos que hay fuertes intereses creados por aquellos que quieren seguir siendo súbditos o esclavos, pero no nos podemos dar el lujo de dejar caer la bandera de la Argentina justa, libre y soberana.

Retomemos las banderas de San Martín, Belgrano, Mariano Moreno, Yrigoyen, Evita y Perón . Esas banderas de libertad, de soberanía, de justicia y hagamos realidad el sueño que ellos comenzaron. Participemos en los movimientos sociales que son los verdaderos representantes de estos estandartes!, no dejemos que los mismos que nos hicieron caer en ese infierno vuelvan a cortar nuestras esperanzas.
Desde nuestros pequeños lugares, cada uno ha iniciado una lucha colectiva para poner nuevamente en vigor nustra independencia. Nosotros acompañamos al presidente Kirchner, a Cristina y a Alejandro Lozano. Esa es nuestra consigna.
Si seguimos trabajando y consolidando un proyecto inclusivo, nacional y popular pronto podremos realizar los sueños de independencia.

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