En columnas anteriores hice mención al difícil panorama que el radicalismo deberá afrontar en las elecciones de Octubre. En primer término debemos dejar claro que cuando nos referimos a los radicales estamos caminando en un complejo mosaico de diferentes tonalidades.
En primer lugar encontramos a los radicales “R” que son aquellos que pretendían presentarse a las elecciones con candidatos propios en todas las listas. Luego está el radicalismo oficial que aceptó secundar a Lavagna en su candidatura presidencial y fue bautizado radicalismo “L”. Finalmente encontramos a los “K”. Estos son la parcialidad radical cercana al proyecto presidencial y cuentan con importantes referentes cercanos al gobierno.
Teniendo en claro esto podemos dar un paso adelante y analizar lo que está pasando con ellos.
A nivel nacional, la tropa lavagnista y los “R” se alinearon tras la figura del ex ministro. Mientras que los “K” se preparan para apoyar la formula que compondrían Cristina Kirchner y Julio Cobos como representante de radicalismo “K”.
En la provincia todavía no está definido el panorama. Las estructuras que responden a Stolbizer eran – hasta hace unos días – claramente radicales “R”, pero en la última semana han mantenido conversaciones con el ARI de Lilita Carrió. La idea del acercamiento de las damas radicales es cerrar una alianza para hacer frente al aceitado aparato justicialista.
El primer inconveniente – curiosamente – no es el kirchnerismo provincial sino los propios radicales “L”. Para frenar una estampida de boinas blancas hacia las filas del radicalismo “K”, el comité provincial controlado por los “L” intervino 15 comités distritales que ya habían tenido contactos con fuerzas no lavagnistas. De esta forma buscan mantener ordenadas las filas radicales castigando a los díscolos.
Los intendentes radicales “Japonés” García (Vicente López) y Posse (San Isidro) fueron los dos primeros radicales “K” en poner el grito en el cielo. Estos intendentes no reniegan de su filiación radical, pero están dispuestos a encabezar listas de partidos vecinales llevando a Cristina y a Scioli en boletas.
Los radicales de Azul presentaron hace unos meses al candidato Omar Duclós de línea “margarito” (radical “R”). La agitada realidad política lo pone actualmente frente al dilema partidario de tener que definirse por una de las facciones en pugna.
En Azul la situación parecía resuelta para el intendente, pero la candidatura de Duclós comienza a ser cuestionada dentro del mismo radicalismo local.
En los próximos días veremos si las divisiones de los radicales “R”, “L” y “K” se manifiestan en el radicalismo local. Veremos si Duclós y sus correligionarios encuentran la forma de superar la tentación de tener que ponerse una letra para identificar de que lado del radicalismo están.
Por Mauro Burraco
(Politólogo - UBA)
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