lunes, 16 de junio de 2008

16 de Junio de 1955: el día que los gorilas fueron "por todo"

En la mañana del 16 de junio de 1955, efectivos de la marina de guerra y "comandos civiles" intentan sin éxito copar la Casa Rosada y tomar prisionero al presidente Juan D. Perón.



La masacre más grande de la historia Argentina


Perón buscó refugio en el edificio del ministerio de Guerra y desde allí se dispuso a sofocar la rebelión. Cuando este intento de tomar la casa de gobierno fracasa, en horas del mediodía, aviones de la Armada bombardean y ametrallan la sede del gobierno y la Plaza de Mayo. La misión de estos canallas era "matar a Perón".

Una de las primeras bombas estalla en el techo de la Casa Rosada. Otra, le pega a un trolebús lleno de escolares y mueren todos.

Los aviadores subversivos lanzan nueve toneladas y media de explosivos. Como no tenía el total apoyo de la guarnición naval, los pilotos habían cargado sus aviones con bombas de metralla, que causaban mayor daño en espacios abiertos, olvidando que su "objetivo" que era destruir la casa de Gobierno. Por eso esa trágica jornada hay 350 muertos y más de 2.000 heridos de las cuales 79 quedan lisiadas en forma permanente.

Los agresores y canallas huyen con sus aviones hacia Uruguay, donde solicitan asilo político.

Al día siguiente, el diario Clarín escribe: "Las palabras no alcanzan a traducir en su exacta medida el dolor y la indignación que ha provocado en el ánimo del pueblo la criminal agresión perpetrada por los aviadores sediciosos que ayer bombardearon y ametrallaron la ciudad". Fue la segunda vez en toda la historia argentina que la ciudad de Buenos Aires era bombardeada. La primera ocurrió a principios del siglo diecinueve, durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807. En esta ocasión, a mediados del siglo veinte, no existía un estado de guerra, quienes atacaron por sorpresa vestían uniformes militares argentinos y las víctimas fueron civiles desarmados, también argentinos.

El ataque a traición de los aviadores navales subversivos produjo un terrible impacto emotivo en la población.

Aquel 16 de junio de 1955, después del primer bombardeo a la Casa de Gobierno, el general le ordenó a un mayor del ejército que fuera a hablar con el secretario general de la CGT:

– Ni un solo obrero debe ir a la Plaza de Mayo – le dijo al oficial. Y refiriéndose a los aviadores navales, agregó: –Estos asesinos no vacilarán en tirar contra ellos. Ésta es una cosa de soldados. Yo no quiero sobrevivir sobre una montaña de cadáveres de trabajadores.

El relato de este hecho tiene una dimensión mayor porque su autor es Pedro Santos Martínez, un historiador insospechado de simpatías peronistas (citado en "1"6-1955 - La Nueva Argentina", La Bastilla, Buenos Aires, 1988). Los obreros salieron a la calle igual, al grito de "¡Perón, Perón!" Muchos fueron masacrados desde el aire o al quedar atrapados entre dos fuegos. Sus cadáveres permanecieron dispersos en la Plaza de Mayo, mientras tropas leales y rebeldes se tiroteaban en el triángulo formado por la Secretaría de Marina, la de Ejército y la Casa Rosada.

Martínez describe otro episodio que da una idea de las convicciones morales de los golpistas. Por la tarde, los subversivos atrincherados en la Secretaría de Marina desplegaron una bandera blanca que, de acuerdo a las reglas militares, sólo podía significar dos cosas: diálogo o rendición. El general peronista Juan José Valle y otros oficiales leales se dirigieron al lugar para parlamentar, con instrucciones de ser tolerantes con los rebeldes. Cuando la comisión se acercó al edificio, la bandera blanca fue arriada y una ametralladora los recibió con ráfagas de plomo.


Los aviones de la marina, llevaban pintadas en sus alas la consigna "Cristo Vence". Identificada por el pueblo, la reacción popular a la masacre fue saquear e incendiadar las iglesias católicas de los barrios más ricos de Buenos Aires, en dónde desde los altares se llamaba a derrocar al presidente. El Papa de aquella época, Pío XII, excomulgó al general Perón. Curiosamente, el mismo Papa Pío XII siempre se negó a tomar idéntica medida con Benito Mussolini y Adolfo Hitler.


Aquel 1955 y el 2008


Durante años, la "historia oficial" pretendió ocultar esta masacre cometida por los golpistas que se llamaban a si mismos "libertadores". Pero esta línea de violencia contra el pueblo, no había comenzado en 1955 ni terminó con el derrocamiento del Perón en Septiembre de ese año.

Ya en 1952, una bomba puesta en un cesto de basura de la Plaza de Mayo había masacrado a un grupo de mujeres que participaba de una concentración peronista en el lugar. En 1956, el General Valle fue fusilado junto a otros militares, por intentar reestablecer el gobierno y la Constitución. Una noche antes, un grupo de obreros fueron detenidos en Florida, llevados a José León Suarez y fusilados por la espalda mientras los hacían correr por los basurales.


Es evidente que existe un odio al pueblo. Los sectores confabulados en aquel momento eran los conservadores, radicales, comunistas y socialistas. El Ejército, la Marina y la Aeronáutica conspiran abiertamente y los "comandos civiles" se organizan apoyados por la iglesia de los ricos.
La prensa no participaba activamente, porque los medios estaban controlados por el estado.

Hoy los actores desestabilizadores han cambiado de armas, pero con las mismas intenciones.
La Coalición Cívica, sectores del socialismo nostálgico y el radicalismo residual son el brazo político. La Sociedad Rural y sus circunstanciales aliados económicos forman el brazo "social" y las armas son ahora mediáticas. Antes eran la Marina y el Ejercito. Hoy son TN y el grupo Clarín.


Los golpistas de hoy


Mientras el cuerpo de gendarmería restablecía el orden en Gualeguaychú, la dirigente de la Coalición Cívica desde "algún lugar" pedía a la Presidenta que retirara la fuerza Pública de las calles.

El sábado, frente a la Quinta de Olivos, unas personas llevaban carteles que mostraban frente a las cámaras. En ellos se podían leer las consignas "Dios está con el campo" y "Montoneros, nunca más". Estos vecinos pedían la renuncia de la presidenta y no dudaban en expresar consignas claramente antidemocráticas.

Ayer Domingo, en el programa "Hora Clave" de Mariano Grondona, "Tata" Yofre se hizo presente para denunciar que lo estaban "perseguiendo" por haber violado la correspondencia electrónica (mails) de políticos, periodistas y referentes sociales. Despertó la curiosidad del mismo Grondona enterarse que estaba defendiendo a quien también había violado su correspondencia.

Muchos afirman ya, que el hoy extinto portal SEPRIN (usina de rumores y ataques políticos de la derecha golpista) era dirigido y elaborado por el propio Yofre. El ex agente de inteligencia está siendo investigado por sus maniobras y hoy la información libre ha dado un paso importantísimo, para terminar con la desinformación intencional de la sociedad.



(Ante cualquier duda, consulte a su analista político de confiaza)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Debemos repasar la historia, para entender correctamente nuestro presente. Mas de 50 años han pasado y es increible pero los actores son los mismos y sus intensiones identicas, GOLPISTAS Y ANTIPERONISTAS