A pesar que en la patria las cosas están "agitadas", yo sigo en este país que también tiene su cuota de "agite" diaria.
Por estos días el presidente Español, Rodriguez Zapatero pidió al gobierno venezolano que "le informe" acerca de unos vascos de la ETA que viven desde hace 20 años en el país caribeño. Desde el inicio de la escalada diplomática quedó claro que todo era una opereta orquestada desde Washington; porque "justo" salió un fallo de la Corte interamericana de Derechos Humanos condenando a Venezuela por un "supuesto" uso de un lanzallamas contra sus propios soldados.
Lo curioso es que en ningún momento los jueces escucharon los argumentos del Estado venezolano, ni siquiera de algunos de los soldados "víctimas", sino que dieron por ciertas las declaraciones de un general golpista que además no se cansó de llamar a la "sublevación democrática"... pero parece que para la Corte eso no importa.
Bueno, volviendo a las crónicas, al final fui hasta Miraflores. A pesar que es como el Once y Liniers, sumado con un poco de Burkina Faso, se puede caminar por la zona. Aunque no saqué muchas fotos, no fue porque los chavistas no me dejaron, sino porque está prohibido. Así que la única foto que tengo fue aprobada por un paracaidista que se me vino al humo - arma en mano - para ver qué era lo que estaba haciendo ahí.
Pasé por el puente Llaguno, lugar donde el pueblo venezolano fue masacrado por francotiradores de la oposición ; y todavía se recuerda la manipulación de imágenes que hizo la televisión para hacer aparecer a las victimas como victimarios.
Por la tarde hice un tour socialista. Desde la Plaza Bolivar, algo así como la plaza de Mayo, está toda la zona ultra chavista. Allí muchos de los negocios son "socialistas", con lo que venden mercadería a precios socialistas, productos locales y elaborados por ellos. La gente es muy amable y en seguida se ponen a hablar con uno.
La organización que tienen es como de unidades básicas; donde el referente barrial tiene además contacto con la medicina cubana y la asistencia del partido. Igualmente cualquiera puede ir, de hecho yo pase y estaban dando unas clases de cocina.
Después el PSUV tiene una misión para vender alimentos a precios baratos y accesibles. Como ya conté, los precios de la comida son caros y por lo tanto la gente prefiere comprar en estos puestos ambulantes que hay por toda la ciudad y por todos los barrios.
De hecho, hable con un muchacho que dijo llamarse "JUAN" y que era el encargado de la venta. Él dijo que en los barrios "escuálidos" los mujeres mandan a las mucamas a comprar, pero lo usan en sus casas.
La inflación de los precios en esta revolución la combaten con "acción directa". Parece que funciona, o por lo menos atenúa algunos de los efectos de la inflación que si se nota; sobre todo cuando a partir del 1° de Marzo todo aumentó un 20% cuando sabían que los salarios iban a aumentar un 10%.
En fin; me hace recordar lo bien que estamos en Argentina!; y como la oposición gorila es igual en todos lados. Ya hablaré de eso.
Una última cosa. En el paraíso socialista de Venezuela hay un Metro que funciona a la perfección. Tiene Aire acondicionado, es silencioso, es puntual, la gente está acostumbrada a dejar subir a bajar, es limpio, se puede respirar, la gente circula por la derecha!, y cuando se saturan las estaciones de usuarios: mandan un tren vacío!: Macri... a ver si tomamos el ejemplo de Venezuela.
3 comentarios:
NOs gustó lo del subte.Cuente un poco más del tansporte público.Debe ser muy barato.Espero que la próxima crónica sea desde una playa caribeña: mande fotos!
Los colectivos son baratos (2,5 Bolivares un viaje de 20 minutos) pero el parque automotor es muy viejo.
Los taxis son de todo tipo y son bastante caros (en relacion a lo que sale un bus).
Sacare algunas fotos.
Bueno, yo fuí hace unos años (no quiero pensar cuántos, pero puedo decir que fue en el verano posterior al rechazo de la consulta popular por la reforma de la constitución).
Acerca de Caracas, agregaría que si de por sí la ciudad tiene un par de "parroquias" (que vendrían a ser "barrios" porteños) donde se concentra el lujo y el resto es clase media baja o clase baja (no es Cuba, por lo que cuentan. Hay linyeras, pibes de la calle), además está rodeadada de "barrios" (así les dicen ellos) que son villas miserias. Una de ellas es Petare, según los venezolanos la segunda villa, barrio o favela más grande de latinoamérica con apróx. 2 millones de personas (después de la favela de San Pablo, si no recuerdo mal). Obviamente hay que aclarar que estas villas no surgieron durante el chavismo, sino que se fueron desarrollando a lo largo de la mitad del siglo XX. A riesgo de sonar cínico, hay algo que yo rescataría de los barrios caraqueños: A diferencia de las villas miserias de bs.as., el hacinamiento no es tan siniestro. Onda que las casas no dan a los pasillos de "la villa" sino al aire libre del valle caraqueño. A lo lejos siempre se ve otra ladera de monte. Abrís la ventana y tenés cielo y el verde del monte. Una vista del carajo. La miseria es la misma.
Otro punto a remarcar de estos barrios es que son prácticamente fortalezas. Tiene muy pocos accesos terrestres que pueden ser piqueteados fácilmente, por lo que resulta muy difícil para la policía o los militares entrar si es que los vecinos no lo desean.
Inseguridad: Es todo un tema allá. Antes de partir, mucha gente me advirtió que tenga cuidado, que si acá había mucha, allá era un especie de campo de batalla con cuerpos tirados por todas partes. Onda Medellín en la virgen de los sicarios.
Es cierto por ejemplo que los edificios tienen rejas en todos los pisos, y llaves electrónicas en las varias puertas y en el ascensor y en la puerta del ascensor de cada piso. Y no estoy hablando de edificios de lujo como los que ahora se construyen en Buenos Aires por todo el norte: estoy hablando de edificios de construcción ingenieril común y silvestre (horribles como la mayoría de la arquitectura funcional caraqueña).
Un dato interesante que se extrae de mi experiencia es que solo tuve problemas una vez: el día que llegué, caminando por la zona bastante cuidadita de la universidad central, un nene de no más de 10 años nos increpó con un cuchillo de tamaño digno de respetar. No pasó a mayores. Pasamos la mayor parte de la estadía en Caracas en una de los tantas parroquias pobres, justo en la boca de un acceso a un barrio. A pesar de la primera impresión, jamás tuvimos ningún problema (además de un par de intentos de pequeñas estafas) de "inseguridad" a pesar de sentirme una especie de patito feo : el 99% de los vecinos eran morochos, y yo soy más blanco que la leche. ¿Los blancos descencientes de europeos? Sólo en los barrios ricos y las universidades privadas.
Doy fe de: El transporte barato (aunque un poco caótico) y el subte excelente. Excelente.
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