En las guerras industriales de desgaste, tan propias de fines del Siglo XIX y XX, las fuerzas útiles de las sociedades se aniquilaban en guerras totales.
Generaciones enteras de brazos indispensables para la industria se apiñaban en las trincheras, y ante el llamado del silbato salían a la carga a la tierra de nadie para morir acribillados por las balas, la metralla o las bombas.
Muchos grandes poetas y escritores dejaron sus testimonios ante su inminente final... aquí el de H. M. un General que ante el bombardeo a su Bunker (última etapa de la resistencia); sobre el final de la batalla escribió:
"Hay una acción coordinada de todos los organismos (...) para hostigar (...) a la compañía e intentar afectar su integridad...".
Desesperado afirmaba "hasta ahora estamos pudiendo resistir pese a la flagrante arbitrariedad de las medidas oficiales lanzadas contra nosotros"...
Y luego sonó el Clarin... A la carga mis Magnettos!!!
(Cronista Comercial, 20/10/2010. Página 4)
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