sábado, 23 de enero de 2010

Abriendo los archivos (V): los radicales en el gobierno (1999-2003)

Para los economistas de La Nación, lo que estaba sucediendo en aquel Mayo de 2001 con los bonos argentinos era "un nuevo traspié de los mercados financieros" y la responsabilidad recaía en "la desconfianza que genera la intrincada situación política local".
El riesgo país ya estaba "por las nubes", y cuando el ministerio de Economía estaba "cerrando el Megacanje" - refinanciando los bonos por 20.000 millones de dólares - estaba clavado en 1056 pts. Es curioso como se bautizó "piso psicológico" los mágicos 1.000 pts en vez de hablar de "techo"; con lo cual estaban claramente hablando de un nuevo país en el que el riesgo no bajaría de los 1000 pts y a los que habría que acostumbrarse.
Desde la vice jefatura de gabinete se pretendía que "la política" ahorrara parte de los 5.000 Millones que tenía presupuestado. Hay que aclarar que a lo que se referían con esta generalización, era a los sueldos de funcionarios que iban desde los asesores, hasta los sueldos de los concejales.
Entre las propuestas de Armando Caro Figueroa se proponía que las provincias pasaran a sistemas unicamerales y los concejales fueran ad honorem.
Este era gran parte del fundamento económico para seguir desprestigiando a la política, y por lo tanto se comenzaba a hablar de "reforma política" que en realidad era un eufemismo para hablar del "recorte" a los gastos políticos.
"Hay que ponerle una bomba al sistema" decía el viceministro del Interior Lautaro García Batallan, quién se consideraba "del grupo trosko" para encarar la reforma. Este "trosko" proponía "la eliminación de todos los Concejos Deliberantes y reemplazarlos por pequeños grupos de auditores votados popularmente". Para las provincias creía que era necesario hacer "legislaturas unicamerales o regionales". Lo que pretendía era que De la Rua se pusiera al frente de un "nuevo orden político" mucho más "pequeño, eficaz y de más calidad"; todo una definición de que para estos radico-neoliberales (los radicales neoliberales, se entiende) la política debía estar subordinada a la economía.
Por supuesto, el Diario de los Mitre apoyaba estas posturas radicales desde sus flamígeras editoriales a favor de la reducción de - lo que llamaban - "gasto público improductivo". Desde la construcción periodística de dudaba de la intención de quienes querían bajar el gasto, puesto que los relacionaban con quienes "durante años se sirvieron de la política para conformar onerosos aparatos partidarios que sólo funcionaron como máquinas electorales al amparo de ñoquis y la distribución de prebendas y privilegios". Concretamente se culpaba al "gasto político" de los desbarajustes financieros y la "delicada situación social".
Por primera vez aparece la mención de un pedido de "elecciones anticipadas". En este caso fue el Secretario general del la CGT "disidente", Hugo Moyano. En esa conferencia de prensa, Moyano dijo que quien dirigía el país no era ni el presidente De la Rua, ni sus ministros sino Domingo Cavallo, quien decide "por los que llevan este modelo económico de miseria y hambre". Del mismo modo, el dirigente camionero llamó a recuperar "la iniciativa nacional" y comparó al gobierno radical con el "Jenga", al que "falta sacar la última tablita para que se derrumbe" y concluyó que "el gobierno le debe temer más a sus mandantes que al pueblo".
Ante la necesidad del gobierno de no perder "la imagen" de iniciativa política, De la Rua decidió rescindir el contrato de 1.000 millones de Dólares con la empresa Siemens que era uno de los focos más evidentes de corrupción.
La empresa alemana tenía a cargo de confección de padrones, el sistema de un control migratorio "moderno y seguro" y la confección de los DNI.
Básicamente, la identidad, la posibilidad de votar y de circular por dentro y fuera del país estaba privatizada a cargo de una empresa corrupta que consideraba "inaceptable" bajar los precios de los DNI.
El único que defendía dentro del gobierno la continuidad de la empresa era el superministro, porque Alemania era uno de los países que debía "dar el sí" en los arreglos con el FMI.
Pero a pesar que el ocupante de la Casa Rosada quería ocupar espacios en los diarios, en el conurbano los desocupados proliferaban. La ministro de trabajo, en aquel momento Patricia Bullrich (hoy diputada de la CC), "parecía preocuparse más por la huelga de futbolistas que por los desocupados".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bueno está "Abriendo los archivos" para dinamizar la "memoria activa".

Mariana

AM dijo...

Mauro me desdigo de mi comentario anterior porque ya encontré tu mail...hay crispasion!

Anónimo dijo...

Interesante. Ese Lautaro Garcia Batallan es el prototipo de radical garca, seguro que si investigamos un poco lo encontramos tratando de acercar su "experiencia" a Cobos.