La diferencia entre discursos y “macanas”

El jueves pasado Cristina Kirchner oficializó su lanzamiento a la presidencia con un discurso en el teatro Argentino de La Plata. En la ocasión dio los grandes lineamientos en los que basará el cambio que propone para su futura gestión.

(Presentación de la campaña de Cristina Kirchner - Canal 7)

Un primer lineamiento – de carácter institucional e instrumental – buscará afianzar la reconstrucción del Estado constitucional después de la crisis del 2001. Durante la gestión, Kirchner fortaleció la figura presidencial, mejoró la calidad parlamentaria y ordenó la Corte Suprema.


(Discurso de Cristina primer gran lineamiento)

El segundo gran lineamiento será la consolidación del modelo socio-económico ligando a la economía directamente con la sociedad, dejando de lado el pensamiento liberal que ponía a la economía y al mercado por sobre las construcciones sociales.


(Segundo lineamiento, resaltando el modelos socio-económico)

Finalmente, el tercer pilar del modelo argentino será la institucionalización como una construcción cultural revolucionaria. Esta tercera fase buscará la recuperación de la autoestima que los argentinos habíamos perdido, buscando revertir la idea de “la cultura del fracaso, ese creernos los peores y que todo nos iba a salir mal”. La recuperación de la autoestima es fundamental para encarar las reformas de un proceso nacional y popular para el país.


(Institucionalización del gobierno)

Tenemos posibilidad histórica de superar nuestra adolescencia como sociedad y llegar al bicentenario de la Revolución de Mayo con los “pantalones largos”.
Esta madurez permitirá que seamos nosotros quienes garanticemos las condiciones políticas de nuestro desarrollo económico inclusivo y popular, ampliando la participación política dentro de una nación para todos los sectores.

Ahora hablemos de la “macana”. Las macuahuitl (“macanas”) eran los garrotes usados por los Aztecas para aturdir a sus enemigos sin matarlos, para capturarlos luego y ofrecerlos en sacrificio a sus dioses. Está claro que para los Aztecas (mexicas) era más valioso un enemigo malherido que uno muerto.
No estaban equivocados quienes afirmaban que las políticas que cambiarán a nuestro distrito deben venir de la gente común y no impuestas desde las cúpulas. No hay nombres. Somos nosotros quienes debemos construir “el cambio” día a día y codo a codo dejando de lado la visión negativa que nos frustró durante décadas.
Como cacharienses sabemos que un pequeño grupo de “apellidos ilustres” han pasado años ocupando los espacios de poder de nuestro pueblo. Han manejado los hilos de las instituciones que son de todos los vecinos como si fueran un club privado en el que tíos, cuñados, padres e hijos cubren sus “macanas” por años.
Cuánto tardaremos en darnos cuenta que la dirigencia local nos ha mantenido “aturdidos” tanto tiempo, sólo para subirse al palco todos los aniversarios de nuestro pueblo y dejar pasar un año más de promesas incumplidas. Siempre son los mismos apellidos!... y siempre las mismas necesidades y los mismos relegados.
Nuestros vecinos se han desarrollado, pero nuestros “ilustres” nos han retrasado. Debemos plantearnos si nuestros “ilustres” dirigentes han decidido mantenernos en el olvido por cuatro cuadras de asfalto (la actual “macana”). ¿Saben cuánto se ha hecho en Las Flores, Tapalqué, Rauch, Tandil, Olavarría!?. ¿Son tan diferentes los dirigentes en aquellas ciudades?. Creo que nos han macaneado mucho tiempo.
Sólo hay un camino: evitar que nos macaneen, avanzar hacia la consolidación de ese Cacharí, ese Azul y esa Argentina que entre todos convertiremos en realidad.

Por Lic. Mauro Burraco Ardizzone