“En Gualeguaychú hay dentistas, en Cacharí piqueteros” (*)

Por Lic. Mauro Burraco (**)

Estos días hemos vivido jornadas agitadas en nuestra localidad. Un grupo de productores se sumó al paro agropecuario y tomaron una medida inédita en Cacharí: cortaron la Ruta 3.
Esta metodología ilegal se repitió en la mayoría de los “piquetes”, y no sólo hubo una restricción del derecho a “circular libremente” y “comerciar”, sino que también los manifestantes se arrogaron el “poder de Policía” que es una atribución única del Estado. En tanto, las autoridades municipales, avalaron con su presencia un piquete ilegal aunque públicamente condenaron la metodología.

La situación se agravó aún más por el desabastecimiento que provocaron en los comercios de la localidad, las pérdidas económicas que ocasionaron a los vecinos y el mansillamiento del principio de “buena vecindad”.

Hubo amenazas telefónicas, amenazas a los medios de comunicación y, para colmo de males, el piquete favoreció el aumento del pan, el racionamiento y la especulación en nuestra localidad.

¿Quién responderá por las pérdidas causadas?, ¿Quién se hará cargo de la comida que se perdió en la ruta y las cargas que fueron abiertas?. ¿Quién se hará cargo del desastre que causaron?. ¿Quiénes son los responsables?. Dando respuesta a estas preguntas, los responsables tendrán que rendir cuentas, porque estamos en un estado de Derecho.

Políticamente, los sectores (porque no eran todos) del campo que estaban en el “piquete” cayeron en el error de subestimar al adversario. Lo que es peor, quienes analizamos la realidad política, advertimos que los dirigentes rurales estaban en un “microclima” que ellos mismos alimentaban.

En nuestro pueblo, en Buenos Aires y otras ciudades del país, la población estaba harta por los piquetes. Más aún, cuando comenzó a faltar leche, pan, carne, frutas y verduras en los mercados. La gente veía por televisión que mientras se tiraba comida, en los “piquetes” las parrillas no daban a basto para sostener los asados.

A pesar que los medios de la capital se esmeraban en mostrar las “multitudes” de gente “bien” golpeando sus cacerolas en Olivos, Recoleta y Barrio Norte, esa no era la realidad de toda la sociedad. La realidad era que los “piqueteros” del campo se quedaban solos.

Durante días el gobierno aclaró que tenía una oferta para los “piqueteros”, pero que no la pondría sobre la mesa hasta que no finalizara la medida extorsiva. La presidenta habló al menos 5 veces explicando su posición a toda la sociedad argentina, y los piqueteros seguían intransigentes.
Hasta que el 1º de Abril, el pueblo dijo ¡basta!. Con una extraordinaria movilización en la histórica Plaza de Mayo y una masiva presencia popular, la Presidenta Cristina Kirchner llamó por última vez al diálogo.

No había muchas salidas para las entidades ni para los “piqueteros”. El “microclima” se acabó y la realidad se les presentaba frente a la cara. La única acción sensata era bajarse de las rutas, aceptar lo que el gobierno proponía, sentarse a dialogar sobre las demandas del sector y comenzar a pedir perdón a la sociedad por haberla dejado sin alimentos por más de 20 días.

Analizando los errores cometidos, los sectores del campo podrán darse cuenta que son parte de una sociedad muy compleja. No son ni mejores ni peores que otros sectores. Son parte de un todo y el gobierno fue elegido para gobernar para el todo.

Finalmente, no olvidemos que al “piquete” no lo abrió la gendarmería. Sin disparar una sola bala de goma, el gobierno demostró que el proyecto socio-económico nacional y popular no está en cuestión.

(*) Publicada en "El Pasquín amarillo" de Cacharí.

(**) El Autor es Licenciado en Ciencia Política.