A los muchachos de la Coalición Cívica de Azul

En una columna de la Coalición Cívica de Azul, sus cuadros dicen que el gobierno nacional no está tomando medidas en “temas prioritarios” y que agita los fantasmas de golpe de estado para “distraer a la comunidad”.

Es raro que digan ésto cuando quienes pasan horas y horas sentados en los estudios de los canales de televisión de un conocido multimedios son los referentes de la oposición y - para ser más precisos – me refiero a la referente “indiscutida” de la Coalición Cívica Elisa Carrió.

Sin vergüenza y sin ponerse colorada, la Dra. Carrió ha anunciado desde hace más de 6 años desastres, Apocalipsis y las plagas de Egipto que todavía no han sucedido.

Todavía estamos esperando que se manifieste el “parto doloroso” del que todos éramos parte. Luego nos profetizó sobre “las tablas de la ley” y la importancia de “salir de Egipto” y “no mirar al Faraón”. No habiendo caído sobre nosotros la ira de Dios, anunció la “crisis energética” con la que nos íbamos a quedar sin luz, sin gas, sin velas y en la oscuridad total. Bueno, no sucedió tampoco.

Luego comenzó a hablar del ex dictador de Rumania. Nicolai Chauchescu y su esposa fueron la nueva metáfora o parábola que la pitonisa chaqueña usaba para referirse a la presidenta de la Nación y al ex presidente que – además – es su esposo. No dudó en afirmar que Néstor Kirchner agredía a Cristina y que él era quien tomaba las decisiones.

Después fue la primera “piquetera”, y se volcó a las rutas convencida que esa era la causa que la encumbraría como líder de la oposición.

Tal vez, si el conflicto se hubiese resuelto pronto, ella hubiese podido capitalizar políticamente el descontento opositor. De a poco, otros sectores de la oposición se volcaron a apoyar la desestabilización (con desabastecimiento de las ciudades y bloqueos de rutas incluidas) y hacia el final del conflicto el vicepresidente traicionó el voto popular quedando inmortalizado con el dubitativo voto “no positivo”. Desde ese momento, los “fierros mediáticos” ungieron al traidor como el principal candidato opositor; y relegaron a Carrió a un papel menor.

De hecho casi queda fuera del Congreso haciendo una mala elección detrás de Gabriela Michetti y “Pino” Solanas en la Capital Federal. ¿Dónde habrán quedados sus memorias del Chaco que la vio nacer y ejercer de fiscal en los tiempos de la Dictadura?.

Después de perder las elecciones y tomarse unas vacaciones en Disney, volvió más apocalíptica que nunca.

Ya no solo se dedicó a insultar a la presidenta y al ex presidente, sino que impulsó maniobras claramente desestabilizadoras.

Siempre funcional a los intereses del multimedios Clarín, “Lilita” puede aparecer sin descanso en todos los programas del canal de cable TN y dar entrevistas a Mariano Grondona o a Luis Majul.

Su último acto mediático fue escribir cartas a los embajadores extranjeros avisándoles del “autogolpe” que prepara el gobierno junto con “emboscadas de piqueteros armados” a los “pobres campesinos” que viajarían con sus tractores a la Capital Federal. Si esto no es delirio, ¿qué es?.

¿Dónde está la propuesta de Carrió?. Veamos. Por ejemplo hace años viene auspiciando un “plan universal para la niñez”. El gobierno tomó la iniciativa y además explica de donde saldrán los fondos para financiarla, pero “Lilita” la rechaza y dice que “se le está sacando a los viejos pobres para darle a los niños pobres”. Esto es lisa y llanamente una mentira. Parece que Carrió olvida que los “viejos pobres” estaban siendo saqueados por las AFJP y que fue el gobierno Argentino y muchos diputados progresistas quienes recuperaron los fondos de las jubilaciones para los trabajadores.

Además volvió a demostrara cual es su visión de los más humildes, porque para ella la “reforma política” comenzaba “liberándolos” del clientelismo. Es decir que para esta señora, su partido es el único partido de “hombres libres”, porque todos los que votamos y elegimos en el cuarto oscuro a otro que no sea ella, estamos comprados por una chapa, un chori y una alpargata. Claro está que esto es mentira. Por eso, mientras sigan pensando así van a seguir siendo opositores - muy encarnizados - pero repudiados por la mayoría del electorado argentino.

Me pregunto ¿por qué los intelectuales de la Coalición Cívica creen que el peronismo es un partido hegemónico y que no acepta la diversidad?.

Parece que no vieron lo que ha pasado en el Congreso desde la malograda “Resolución 125”. El presupuesto, la ley de servicios audiovisuales, la nacionalización de Aerolineas, del las AFJP, y tantas leyes fundamentales han sido votadas por mayorías holgadas, concensuadas con los partidos de centroizquierda y muchas de ellas con el radicalismo.

Sería más correcto hablar de consensos y no “el consenso” que la coalición quiere. Es legítimo que tengan ideas, sería coherente que las sostengan de una semana a la otra.

Quisiera que no solo declamen la democracia como “forma de gobierno”, sino que la practiquen en sus acciones. Porque el golpismo no solamente está conformado por aquellos “audaces” que puedan querer derribar un gobierno, sino por aquellos le hacen el campo orégano a esos “audaces”.

Es preocupante como estos “intelectuales” dan todo el rodeo en su columna de opinión para poner el eje en las organizaciones de trabajadores que convierten en un “caos” a la Capital y “toman como rehenes” a sus habitantes. ¿Esa es la visión que la Coalición Cívica tiene del país?, o esa es la “visión” que surge después de horas de ver TN y “América24”?. Interesante pregunta para darle respuesta.

Lilita giró (si es que alguna vez fue de “centro izquierda”) a la derecha. Condena la política de derechos humanos para recuperar la identidad de los nietos apropiados por la dictadura, está en contra de la nacionalización de las jubilaciones, no quiere una aerolínea de bandera que comunique al país, ve a los pobres como “esclavos a liberar”, está a favor de los monopolios de medios de comunicación, etc. Su discurso destructivo y apocalíptico es el que crispa a la sociedad y la verdad que no se le escucha una propuesta más allá de denuncias que siempre quedan en la nada.