Durante 21 días, los grupos más radicalizados del campo llevaron adelante un lock-out patronal con el que pretendieron desabastecer de alimentos e insumos básicos a las ciudades, pueblos e industrias de la Argentina.
Estos "piquetes" ocuparon las primeras planas de los diarios, muchísimas horas en radio y fueron responsables de transmisiones en "cadena" por todos los canales de noticias nacionales.
Por eso, es importante analizar cual fue el tratamiento, las imágenes y los mensajes que los medios masivos quisieron enviarle a la sociedad, si realmente esas imagenes eran reflejo de "la realidad" y si las noticias eran imagenes que pretendía manipular la percepción del público Argentino sobre lo que estaba pasando.
Algo que fue muy llamtivo durante todo el conflicto, era que luego de los discursos de la presidenta Cristina Kirchner, las cámaras ponían foco en el "desdentado" (en ese momento) dirigente entrerriano quien vituperaba desde su tribuna contra la presidenta.
Los medios no pretendían analizar cual había sido el contenido del discurso presidencial, ni las propuestas o las demandas. Solo se buscaba una respuesta mediática que subiera la tensión y el rating.
Otro debate pasó por cómo titular lo que estaba sucediendo. Decir que durante los 21 días de lock-out patronal hubo un "paro" es minimizar la accion criminal y faltar a la verdad objetiva. El campo no paró, de hecho tranqueras adentro la actividad continuó y en muchas asambleas como la de Azul se pudo ver a productores preocupados por no poder movilizar la hacienda dentro del partido de Azul. A esas demandas, la asamblea daba "via libre" a la circulación de ganado.
La fuerza mediática que tomó el piquete de Gualeguaychú se manifestó en la cantidad de cámaras de televisión que había transmitiendo cada asamblea. De hecho, esa aparente "fortaleza" que implicaba tener decenas de medios nacionales apostados en el "piquete", contrastaba con la escaza cobertura que se le daba a los demas y "numerosos" piquetes.
¿Cómo se mide la importancia de un "piquete"?. En este conflicto: por la cantidad de cámaras que hay cubriéndolo.
El lock-out continuaba por inercia, porque ningún piquetero se ponía a analizar realmente sus acciones o las consecuencias de las mismas.
La misma caracterización de "piquetero" - que a tantos molestó - variaba dependiendo que medio era el que escribía o mostraba la nota. Para medios como La Nación o TN las personas que cortaban la ruta eran "manifestantes", "chacareros" o "trabajadores rurales" y con esto se pretendía presentar una imagen bucólica y naif de quienes con cuchillos en sus cinturas pretendían tajear ruedas de camiones, abrían precintos de camiones o amenazaban a quines pensaban diferente.
Mientras que otros medios reflejaban lo que pasaba en las rutas los llamaban liza y llanamente "piqueteros". Pero esta categoría chocaba con la creencia arraigada de como "debe ser" - lo digo irónicamente - un "piquetero".
El concepto de "piquetero" tenía que ser re-construido nuevamente. Porque la imagen anterior del piquetero (morchito, sucio, comiendo polenta en una olla popular, etc) "no daba" para estos nuevos piquetes mucho mejor "montados" (rubios, limpitos, comiendo asados con cuchillos de plata, etc.). Y durante estos días se pudieron escuchar muchísimas justificaciones racistas para describir a este novedoso "cortador de rutas montado 4x4".
Las nuevas "lógicas de prejuicio" se constituyeron - obviamente - como lógicas equivocadas. Y la prensa capitalina intentó explicar lo que pasaba en la Plaza de Mayo sosteniendo que quienes se convocan en una esquina como buenos ciudadanos son los representantes genuinos de la democracia del país. En el lado opuesto, la militancia social, fue asociada a los "mercenarios del gobierno" (como le gritó un provocador a D'Elia) y gente "arriada" a la Plaza por alguna dádiva económica.
Otra discución que no se está dando es ¿qué está pasando con la oposición política?.
La derecha ha perdido rapidamente legitimidad, y tiene que sumarse a estas manifestaciones políticas para intentar volver a una escena que la ha marginado en el campo electoral. Desde los sectores más anti-democráticos como el de Cecilia Pando a sectores de la centro derecha "arribados" como Elisa Carrió, han intentado llevar agua para su molino.
Lo más llamativo era que a estos sectores urbanos de derecha y "centro derecha" se sumaron los sectores de la izquierda y ultra izquierda como Raúl Castells, Vilma Ripoll (MST) y Altamira (Partido Obrero) dando su "apoyo al campesinado" y reclamando la "reforma agraria".
Cómo puede entenderse el accionar de una oposición desperdigada ideológicamente al intervenir en el reclamo de un sector que ni siquiera conocen sino como un intento de generar conflictos.
(Intelectuales y periodistas opinan sobre los medios de comunicación)
Si no fuera por lo grave de las consecuencias del desabastecimiento ocacionado a la población Argentina, ¡estas posiciones de la izquierda dan para la reirse un buen rato!.
Finalemente, es importante que dediquemos un párrafo a describir la conducta de los medios de Azul y los de Cacharí.
En la ciudad, la televisión (Cablevision) le dio una profunda cobertura estando presente en los actos y asambleas. Desde un análisis poco crítico al caos ocacionado se fomentó el "microclima" de "éxito" del lock-out pero también se entrevistó a los comerciantes perjudicados con lo que se pudo tomar algún tipo de dimensión de lo que pasaba.
En nuestro pueblo los "patoteros que cortaron la ruta" fueron más allá de reclamar que los medios locales cubrieran sus actos. De hecho, amenazaron a quienes pensaban diferente y hubo varias exposiciones civiles al respecto. La libertad de opinión en Cacharí se puso en juego, y algunos actores anti-democráticos pretendieron acallar a quienes no estaban de acuerdo con el corte criminal de la ruta.
Todo medio de INFORMACIÓN que pretenda mostrar al mundo rural como un "mundo bucólico" y de pobres desposeídos que salen a cortar una ruta porque es lo último que les queda: está faltando a la verdad objetiva. Ese medio está desinformando a la sociedad.
Decir que el corte de rutas en todo el país es "un método justo" o es "la única forma" de protestar que tiene el campo es justificar el chantaje a toda la sociedad por un sector minoritario de la economía.
Esperemos que los medios analicen la realidad, informen a la población y no se presten para defender los intereses de algunos sectores que con su conducta han puesto en peligro ya no solo el derecho de la población a tener un plato de comida todos los días, sino el derecho a recibir información objetiva y verídica.
Lic. Mauro Burraco Ardizzone
7 comentarios:
Bravo muchachos! Cacharí y la gente que estaba en la ruta, como colectivos de línea, donde no se lleva comida o medicamentos o agua para un día si se tiene que recorrer 60 Km;fueron rehenes de 4 o 5 tipos(los dueños de las 4x4),algunos "idotas útiles" y otros pagos(porque no solamente "el gobierno paga") y no se dijo claramente que la mayoría de la pobación estaba en contra. Además en estos pueblos chicos, por temor a represalias, a la gente, que depende laboralmente, prefiere callar
Me resultó muy interesante la nota.
Los leo siempre pero hoy me parecio importante expresar mi acuerdo por lo que dice el autor de la nota.
Felicitaciones por la claridad con lo que expresan las ideas y por hacerlo sin miedos.
Si me permiten les voy a corregir la calificación que han echo de lock-out a la barbarie cometida por estos "productores agropecuarios" en las rutas argentinas. El lock-out es cuándo los empresarios cierran sus fábricas y dejan de producir. Desde luego que estos delincuentes antipueblo no pararon de engordar sus terneros, ni dejaron de ordeñar, tampoco pararon las cosechadoras; por lo tanto lo que si hicieron fue desabastecer de mercaderías y provocar la inflación que va a ser muy difícil de revertir.
Y si a alguien no le quedo claro lo que ocurrió, les digo que esto fue un alevoso terrorismo golpista, apoyado por los medios de comunicación con el grupo Clarín a la cabeza y sus repetidoras del interior.
Sigan así, como lo están haciendo, ese es el rumbo que nos marca la lucha del momento.
excelente comentario anonimo del 11 de abril! cuando hay que luchar por EL PUEBLO nadie de los defensores de la oligarquia mueve un pelo!!
cariños
desde Cachari
hola jovenes!! les dejo como comentario una nota: bastante extensa pero pueden simplificarla: que esta pasando con los medios?? verguenza nacional (acaso al resto del pueblo no puede avergonzarnos porque no somos productores??)
DESDE YA FELICITACIONES!!! ESPERO SUS COMENTARIOS!
J DE CACHARI
El informe completo de la UBA
Punteo para el análisis de medios entre los días 26 de marzo y 3 de abril de 2008
Ataca como partido y se defiende con la libertad de prensa
"Hay que cuidarse de ese diario. Ataca como partido político y si uno le contesta, se defiende con la libertad de prensa”, dijo César Jaroslavsky al referirse al modo de accionar del diario Clarín durante los años 80.
Esta frase va al nudo de un problema que los medios prefieren y necesitan ocultar para poder mantener el discurso de la “objetividad” y seguir instalados como quienes se limitan a “reflejar acontecimientos” de la vida social y política de la Argentina. Esta corriente (las teorías de la objetividad, el periodismo como espejo de la sociedad o la actividad periodística como reflejo del acontecer social) caracterizó las líneas de investigación hasta la década de los años 70 y si bien ha sido desplazada por las teorías de la construcción de la información o de la fabricación de las noticias en la mayoría de los ámbitos de enseñanza y reflexión sobre el periodismo y la comunicación, los medios de comunicación –en tanto empresas, por un lado y en tanto espacios de rutinas y lógicas profesionales de fabricación de noticias y, por ende, de construcción de sentido- se esfuerzan cada día para perpetrar, como sentido común, la corriente de la objetividad. Las dos razones básicas para que lo hagan son las siguientes:
a) de asumir que “los medios construyen una realidad” y no la “reflejan” se verían obligados a dar cuenta ante la sociedad de cuáles son esos mecanismos a través de los cuales fabrican las noticias, lo que implicaría que
b) deberían asumirse ya no como espacios en los cuales la vida social aparece “reflejada”, sino como actores sociales y políticos del acontecer de una Nación.
Reconocer estas dos cuestiones implicaría colocarse ya no sólo en el lugar del decir, sino que abrirían la puerta a que se les pudiera decir a ellos también.
Aquí reside una de las razones por las cuales el enfrentamiento de los medios con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner es tan virulento. No se explica semejante nivel de enfrentamiento de parte de los medios con estos dos gobiernos si se atiende solamente a la cuestión empresarial: por citar sólo un caso, el gobierno de Néstor Kirchner le extendió las licencias de radiodifusión.
¿Entonces, cuál es el problema? La razón fundamental de tal nivel de virulencia en la crítica y en el cuestionamiento reside –más allá de profundas diferencias ideológicas que han quedado al descubierto desde un comienzo- en que estos dos gobiernos los han colocado en la escena pública como un actor más de la vida política y social de la Argentina y los han interpelado públicamente desde este supuesto.
Es decir, los han obligado no sólo a posicionarse en tanto actor político sino a dar explicaciones sobre los modos de construcción de la información (es decir, cómo es el procedimiento y el mecanismo a través del cual un acontecimiento se vuelve hecho noticioso) al ser interpelados ya no desde un lugar externo a la escena pública, sino como partes de la esfera política. Y esto, para quienes basan su poder político, simbólico y económico en la noción de distancia ecuánime con los acontecimientos es obligarlos a echar por tierra el modo en que se han definido desde su nacimiento.
La violencia simbólica
El lockout patronal agropecuario obligó a la ciudadanía a posicionarse como pocos acontecimientos lo han hecho en la historia reciente de la Argentina. Los medios no escaparon a esto y en la vorágine de no perder el lugar de una supuesta neutralidad han mostrado lo que desde siempre han querido ocultar: nunca quedaron tan en evidencia como en estos días los modos de construcción de la información.
La escalada de violencia simbólica y por momentos racista de los medios –sobre todo los electrónicos- dejó en claro qué posición la mayoría de éstos había tomado. Con el correr de las horas y de los días, este posicionamiento se hizo más evidente pero desde un principio -con mayor o menor nivel de brutalidad, con mayor o menor grado de sutileza- se colocaron en lugares de defensa de unos u otros intereses económicos y de sentido.
“La actuación de lo massmediático audiovisual resultó una experiencia casi inédita de impudicia, obscenidad ideológica y violentación de toda ´objetividad´ en cuanto a política de la imagen y de los encuadres de parte de los canales y sus noticias. Un cóctel de distorsión, analfabetismo, prejuicio y racismo. La espontaneidad de la dupla “movilero-locutor” para explicar las cuestiones que nos asuelan resultó una suerte de catarata indetenible que hizo estallar todo sentido sobre lo que realmente está ocurriendo en la crisis, ante ojos y oídos de millones de personas. Los acercamientos de cámaras donde 100 parecen 10.000, los diálogos donde es peor la ideología del cronista que la del propio entrevistado fascistoide, la conversión de la Sociedad Rural y Coninagro en revuelta de una suerte de “campesinado” andino escapando del napalm, la falta de toda intención ordenadora de los significados que están en juego hacen del noticierismo porteño la “natural” y/o alentada derechización ideológica con que se baña cotidianamente nuestra sociedad mirando la pantalla”, escribió Nicolás Casullo en la edición del 30 de marzo de 2008 de Página 12.
No es llamativo, pero es necesario consignar que Página 12 fue el único medio que dio cuenta del comportamiento y de los modos de cobertura de los medios de comunicación. Este tipo de columnas aparecieron publicadas durante casi todos los días del conflicto y en su edición del 3 de abril, el diario realizó una entrevista a semiólogos para que analizaran los discursos construidos.
Columnas como la de Casullo no son solamente una invitación a la reflexión. Es también la puesta en evidencia -y en palabras- de cómo los medios construyen y que sobre eso se puede y se debe hablar porque son un actor más en la vida social y política de una nación. Esta intención política de Página 12 se da de bruces con la noción de objetividad que pregonan slogans como “Periodismo independiente”.
Y en este sentido es más que notable ver cómo mientras Clarín (3 de abril de 2008), por ejemplo, dedicaba espacio al comunicado de ADEPA en el cual se decía que las coberturas de los medios son “noticias y opiniones expuestas sin otro propósito que reflejar la realidad”, en Página 12 se le daba importancia al pronunciamiento de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA en el cual se habla de “recortes de la realidad”.
Cuando igualar desequilibra
El martes 25 de marzo a la madrugada, todos los canales de televisión colocaron en un nivel de igualdad informativa el discurso presidencial, los piquetes del agro y los “cacerolazos” de algunos barrios porteños. Esta equiparación es el primer síntoma desestabilización.
La regla básica de construcción de una nota es responder a la estructura de la pirámide invertida, esto es, responder en el primer párrafo o en el copete informativo, en el caso de los medios electrónicos a las 5 preguntas básicas del periodismo (qué- quién- cuándo- dónde- cómo). Dentro de la clasificación de noticias se encuentran lo que llamamos, “noticias del campo del hacer” y las “noticias del campo del decir”.
De lo anterior se desprende una segunda regla básica del periodismo: saber diferenciar dentro de las “noticias del campo del decir” el lugar de enunciación de quien pronuncia estas palabras y entender a partir de esto la jeraquización que se hará de la información. Cuando la televisión “parte la pantalla” y coloca en un pie de igualdad informativa la palabra presidencial y la de un “cacerolero” o el discurso presidencial es equiparado al de un líder agropecuario surgido de una asamblea, lo que se está haciendo, en realidad, es provocar un efecto de sentido que pierde de vista no sólo las jerarquías sino las implicancias de cada una de esa palabras emitidas. Para decirlo claramente: se equiparó desde un comienzo la palabra que provoca acciones de gobierno y la palabra que sólo da cuenta de un testimonio individual y de coyuntura.
La edición
En la misma madrugada del miércoles, los medios audiovisuales hicieron un “recorte” a través de los encuadres de las cámaras. Sólo una toma en perspectiva da cuenta, con algún grado mayor de imparcialidad, de cierta totalidad de lo que está ocurriendo (lo que no es otra cosa que en un texto escrito poner en contexto lo que se relata). Un plano corto y cerrado elimina la posibilidad de que el televidente pueda “ver ese contexto”. Este tipo de tomas fueron las utilizadas para “mostrar” la cantidad de personas que participaban de los cacerolazos.
A las 3 de mañana del ya miércoles 26, TN sumó a lo anterior una edición en la cual aparecía “el peligro” que generaban quienes estaban en la Plaza defendiendo al gobierno nacional.
La secuencia fue la siguiente: se mostraba a una imagen de un grupo de “caceroleros” y el sonido de estas imágenes era el ruido ambiente del golpeteo de las cacerolas y las voces que participaban de esta manifestación. La imagen fundía a negro y aparecía un grupo de “piqueteros” tomados de espaldas en cámara lenta y con niveles más bajos de luz y acompañaba a estas imágenes una música de película de terror similar a la de Tiburón cuando el animal está por atrapar a su presa. Todos los que trabajamos en y con los medios de comunicación sabemos que una película de suspenso no es tal sin la musicalización. Lo que aquí se dice sobre “atrapar a la presa” no es inocente: La Nación construyó el siguiente título en la tapa de su edición del miércoles 26: “Cacería para ganar la plaza”.
El contraste era claro: personas indefensas se están manifestando mientras la bestia está acechando para provocarles algún tipo de daño.
A esta construcción le precedieron comentarios de periodistas en piso, de cronistas en la calle, y de videograf que marcaban la diferencia entre “gente” y “piqueteros” y entre “vecinos” y “piqueteros violentos”. Esto que aquí se relata se vio sobre todo en: TN y en el programa especial que canal 13 puso al aire (conducido por María Laura Santillán y Santo Biasatti), para lo cual el canal del grupo Clarín levantó su programación habitual (estaba por comenzar un capítulo de “Mujeres asesinas”).
Las primeras dicotomías
Aparecieron por esas horas de noche del martes 25 y de la madrugada del miércoles 26 los primeros elementos de corte racista y clasista: Veamos algunos ejemplos:
- las diferenciaciones entre “gente” y “piqueteros” (TN; América, Canal 13)
- “piqueteros (…) dispersaron a los golpes a manifestantes” ( La Nación 26 de marzo)
- diferenciación de “manifestantes” y “piqueteros”. Ejemplo: Nota “Ataque de grupos de piqueteros a los manifestantes de Plaza de Mayo”. (pág. 7 Clarín 26 de marzo)
- la noción de manifestaciones de “gente bien vestida y de color claro de piel” y la de “piqueteros” y “personas de tez oscura” (TN)
- el problema de a quién se le brindan los recursos provenientes de las retenciones (chiste de Nik en la contratapa del Suplemento Espectáculos de La Nación del domingo30 de marzo)
- la alusión de Crítica de la Argentina del 27 de marzo, en tono de sorna, al cambio de camisa de D Elía entre el martes 25 y el miércoles 26.
- la dicotomía de los “vecinos autoconvocados” o “ciudadanos que se manifiestan espontáneamente” VS “piqueteros violentos”, “militantes” o “grupos de choque”.
- “La familia agropecuaria se moviliza en las rutas”, dice La Nación del miércoles 26 de marzo y recurre a la construcción a través del recorte en el testimonio personal y con cierto dejo melodramático, al modo de las historias de vida, al que también recurrió Clarín por ejemplo el 30 de marzo y Crítica el 30 de marzo de 2008. Este mecanismo nunca fue utilizado para dar cuenta de por qué, por ejemplo, habían ido a la Plaza las personas que se manifestaron por las noches a Plaza de Mayo en apoyo al gobierno a quienes participaron del acto del 1 de abril.
Luis Bruschteiun logra dar cuenta al mismo tiempo de dos fenómenos diferentes en su nota de Página 12 del 2 de abril. Señala allí que vio en el acto del 1 de abril a un hombre con uniforme del SAME que llevaba un cartel que indicaba: “Señores de TN, yo también soy la gente”, al tiempo que otro cargaba otro cartelito con la leyenda: “Señores del campo: Vinimos a la plaza y no nos pagó nadie”. A través de estos relatos establece por un lado, lo ofendida que más de una persona pudo haberse sentido por lo que ciertos medios dijeron y escribieron a lo largo de estas jornadas y, por el otro, que quienes ofendieron fueron los medios de comunicación.
Estos datos color permiten retomar una noción que siempre ha servido como escudo de defensa para los medios de comunicación y pocas veces para los ciudadanos: que lo que debe recordarse es que la libertad de expresión de un medio o de un periodista es una parte de la ecuación.
La otra, la no tan reiterada desde los medios, se basa en el derecho fundamental que asiste a todos los ciudadanos de poder recibir la información.
Mario Wainfeld dio cuenta también de los gestos discriminatorios y racistas que comenzaban a aparecer en la cobertura de todo este conflicto de este modo: (Página 12 del viernes 28 de marzo):
“Caos y violencia: Durante años, cualquier embotellamiento derivado de cortes de calles o rutas fue tildado como “caos” por la mayoría de los medios y los comentaristas. El tractorazo, cuyo nivel de lesividad fue comparativamente altísimo, fue titulado como “paro histórico”. Las palabras algo indican.
Pertenecer tiene sus privilegios.
Los manifestantes vulneraron límites jamás traspasados por los movimientos de desocupados: revisaron el interior de los camiones y forzaron un desabastecimiento nacional de bienes básicos, conducta que tiene muy pocos precedentes, todos ellos golpistas.
En el devenir de los cortes hubo también escenas de violencia, golpizas, un apuñalado en Chivilcoy, un hombre que murió tras haberse cerrado el paso a su ambulancia en Laboulaye. Todos saben que esas acciones no describen ánimo criminal sino exaltación y pérdida del mínimo sentido solidario. De todas maneras hubiera sido simpático algún reproche en los grandes medios a esos episodios. Dejamos para otro día hacernos cruces imaginando qué no se hubiera dicho si los manifestantes que “cerraron la tranquera” a una ambulancia con un enfermo terminal hubieran sido piqueteros.
La acción directa siempre tiene una dosis de violencia, cuanto menos simbólica. También la hubo en la narrativa de tantos medios, que alcanzó picos memorables. Este cronista escuchó a dos colegas, una movilera y una conductora reconocida, discernir entre la “gente normal” y los piqueteros que estaban en Plaza de Mayo el martes. La movilera tipificaba la normalidad: clase media alta. Ninguna se explayó sobre los rasgos distintivos de los anormales. ¿La pigmentación de su piel? ¿Su ideología? ¿La calidad de su vestimenta? El lector puede hacer su menú, que quizá contenga platos combinados”.
Yo deje de darme "manija" con los medios de comunicación que están en manos de los grandes grupos económicos, no podía soportar más tanta agresión "gorila". Ahora escucho radio Nacional (AM 810) y veo el canal público (Canal 7)por lo menos están mucho más cerca de los intereses populares.
Hugo
Felicitacione para J de cachari por la nota, es extensa pero vale la pena perder tiempo en esto y no por ej: en el circo romano de los que bailan por un "sueño". Con respecto al rol de los madios locales esta buena la nota aunque con respecto a las amenazas no fue en gral, sino que hubo algunos que aprovecharon para quedar bien con los piqueteros "de piel Blanca", (lo dijo el vice de la Rural), para sacar prebecho y que su compromiso hacia ellos les fuera favorecido con publicidad. Una "saludable" manera de mostrar el compromiso de informar hacia la comunidad. Del otro lado quedaron los otros que a partir de esta situacion se les colgo el cartelito de "peligrosos" por sus ideas y condenados para algunos de ellos a padecer la negativa a sus limosnas. Hay un dicho que dice "no hay mal que por bien no venga", y creo que quedo todo mas que claro despues de lo que paso. Me recuerda a los mismo que destruyeron la imagen de Eva Peron cuando cayo Peron: sabian que la Av España se llamaba Eva Peron?, tambien me recuerda la sugestiva fecha de fundacion del pueblo 16 de setiembre, digo esto porque hasta la decada del 60 no tenia cumpleaños Cachari. Aclaro para los que no lo saben; esa es la fecha que la llamada revolucion libertadora derroco al gobierno constitucional de Peron. Marcelo, un cachariense mas.
Publicar un comentario