No hay que dar muchas vueltas. Marcela y Felipe saben la verdad. Y la verdad la conocen porque no hay otra posibilidad.
En algún momento hace poco más de una década; ellos se sentaron con su madre y le plantearon que se sacarían sangre para "terminar con esta campaña de mentiras". En ese momento su Noble madre golpeó la mesa con sus arrugadas manos y les advirtió que hacer eso sería "una traición a todo el amor que les dió" durante casi toda su vida.
Más allá de esto, la reacción lógica de los hermanos fue preguntar "¿por qué?". La respuesta de la madre - y el hombre fuerte de su grupo - fue mirarlos con cara de impotencia y salir de la habitación dando un portazo.
Los hermanos quedaron llorando por la noticia. Que su Noble madre no quisiera que ellos dieran una gota de su sangre para conocer la verdad, era una prueba que esas "mentiras" no lo eran.
Cuando todavía no se habían secado las lagrimas de sus ojos, volvió a entrar al living alfombrado el hombre fuerte del grupo con unas carpetas bajo el brazo. Allí les comenzó a contar "la verdad" del grupo; y advertirles sobre las consecuencias de que se hicieran los análisis.
Desde ese día las demandas judiciales han ido y han venido, los gobiernos han pasado, las crisis económicas asolaron el país, pero esa verdad ha estado presente esperando ser revelada.
1 comentario:
Excelente, las verdades que ocultan pero que bien conocen están cerca de salir a la luz.
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