miércoles, 7 de mayo de 2008

1919 - 7 de Mayo - 2008

EVITA

Cuando elegí ser "Evita" sé que elegí el camino de mi pueblo.
Ahora, a cuatro años de aquella elección, me resulta fácil demostrar que efectivamente fue así.
Nadie sino el pueblo me llama "Evita". Solamente aprendieron a llamarme así los "descamisados". Los hombres de gobierno, los dirigentes políticos, los embajadores, los hombres de empresa, profesionales, intelectuales, etc., que me visitan suelen llamarme "Señora"; y algunos incluso me dicen públicamente "Excelentísima o Dignísima Señora" y aun, a veces, "Señora Presidenta".
Ellos no ven en mí más que a Eva Perón.
Los descamisados, en cambio, no me conocen sino como "Evita".
Yo me les presenté así, por otra parte, el día que salí al encuentro de los humildes de mi tierra diciéndoles "que prefería ser Evita a ser la esposa del presidente si esa Evita servía pata mitigar algún dolor o enjuagar una lágrima".
Y, cosa rara, si los hombres de gobierno, los dirigentes, los políticos, los embajadores, los que me llaman "Señora" me llamasen "Evita" me resultaría tal vez tan raro y fuera de lugar como que un pibe, un obrero una persona humilde del pueblo me llamara "Señora".
Pero creo que aún más raro e ineficaz habría de parecerles a ellos mismos.
Ahora si me preguntasen qué prefiero, mi respuesta no tardaría en salir de mí: me gusta más mi nombre de pueblo.
Cuando un pibe me nombra "Evita" me siento madre de todos los pibes y de todos los débiles y humildes de mi tierra.
Cuando un obrero me llama "Evita" me siento con gusto "compañera" de todos los hombres que trabajan en mi país y aun en el mundo entero.
Cuando una mujer de mi Patria me dice "Evita" yo me imagino ser hermana de ella y de todas las mujeres de la humanidad.
Y así, sin casi darme cuenta, he clasificado, con tres ejemplos, las actividades principales de "Evita" en relación con los humildes, los trabajadores y la mujer.
La verdad es que, sin ningún esfuerzo artificial, sin que me cueste íntimamente nada, tal como si hubiese nacido para todo esto, me siento responsable de los humildes como si fuese la madre de todos; lucho codo a codo con los obreros como si fuese de ellos una compañera más de taller o de fábrica; frente a las mujeres que confían en mí me considero algo así como una hermana mayor, en cierta medida responsable del destino de todas ellas que han depositado en mí sus esperanzas.
Y conste que no asumo así un honor sino una responsabilidad.
Creo que cada uno de los hombres y mujeres que componen la humanidad debiera por lo menos sentirse un poco responsable de todos los demás ¡tal vez seríamos todos un poco más felices!
De los obreros atiendo sus problemas gremiales.
De los humildes recibo sus quejas y sus necesidades remediándolas en cuanto no correspondan al Estado, aunque a veces en este caso hago también de colaboradora oficiosa del gobierno. Al fin de cuentas siempre se trata de agua que va para el molino del "Líder" común.
De la mujer atiendo el problema en sus múltiples aspectos sociales, culturales y políticos. Si alguien me preguntase cuál es mi actividad preferida no sabría responder exactamente y de forma decidida y definitiva.
Si me hicieran mi pregunta estando en mi actividad gremial mi voto sería por ella. Si estuviese atendiendo a mis "descamisados" o a las mujeres tal vez votaría por la actividad que estuviese desempeñando en ese preciso momento. Y no lo haría ni por "diplomacia" ni por "política", ¡no! Sino porque cuando trabajo, lo que estoy haciendo me parece lo mejor, lo más adecuado a mis gustos, a mi vocación y a mis inclinaciones.
Reconozco, eso sí, que en el fondo lo que me gusta es estar con el pueblo, mezclada en sus formas más puras: los obreros, los humildes, la mujer.
Con ellos no necesito adoptar ninguna pose de las que me veo obligada a tomar a veces, cuando hago de "Eva Perón". Hablo y siento como ellos, con sencillez y con franqueza llana y a veces dura, pero siempre leal.
Nunca dejamos de entendernos. En cambio, a veces, "Eva Perón" no suele entenderse con la gente que asiste a las funciones que debe representar.
No vaya a creerse por esto que digo que la tarea de Evita me resulta fácil. Más bien me resulta en cambio siempre difícil y nunca me he sentido del todo contenta con esa actuación. En cambio el papel de Eva Perón me parece fácil. Y no es extraño. ¿Acaso no resulta siempre más fácil representar un papel en el teatro que vivirlo en la realidad? Y en mi caso lo cierto es que como "Eva Perón" represento un viejo papel que otras mujeres en todos los tiempos han vivido ya; pero como Evita vivo una realidad que tal vez ninguna mujer haya vivido en la historia de la humanidad.
He dicho que no me guía ninguna ambición personal. Y quizás no sea del todo cierto. Sí. Confieso que tengo una ambición, una sola y gran ambición personal: quisiera que el nombre de Evita figurase alguna vez en la historia de mi Patria.
Quisiera que de ella se diga, aunque no fuese más que en una pequeña nota, al pie del capítulo maravilloso que la historia ciertamente dedicará a Perón, algo que fuese más o menos esto:
"Hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevarle al Presidente las esperanzas del pueblo, que luego Perón convertía en realidades".
Y me sentiría debidamente, sobradamente compensada si la nota terminase de esta manera:
"De aquella mujer sólo sabemos que el pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita".
Fragmento de "La razón de mi vida".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay un hilo conductor del odio, las injurias y los agravios que llegan hasta nuestros días.
Son los hijos de los energúmenos del pasado, que brotan en la primer circunstancia que se les presenta.
Son los mismos que no dudaron en descuartizar el país, detrás de una ideología "cipaya".
Pero aquí estamos nosotros, los que
no vamos a claudicar.

Anónimo dijo...

La "puta oligarquía" que hoy son piqueteros cortarrutas de clase alta.
Son el mismo agente antisocial que la entrañable Evita nos dijo.
Hoy más que nunca vive en nuestros corazones para SIEMPRE!

Anónimo dijo...

Que hermoso texto!, nunca lo había leido. Sabia que existía pero es la primera vez que lo leo.
me emociono.
Evita siempre inmortal!

Anónimo dijo...

Excelente que recordaran el cumpleaños de Evita!.
Querida por el pueblo!.
Muchas gracias por la nota.